Desde la Moncloa se enmarcó el encuentro dentro de la "normalidad" ahora que se abre un nuevo periodo de sesiones. Si bien, el despacho esconde muchas claves en un momento crítico en las relaciones entre Mariano Rajoy y Artur Mas. "Se ha hablado de Cataluña, sí, pero de forma general", se intentó restar importancia. "Nosotros vamos a ser conservadores", zanjó un portavoz de la vicepresidenta, no queriendo desvelar detalles de la cita.
Así, desde el Gobierno poco más que se confirmó la reunión discreta, que se celebró en la Moncloa. Soraya Sáenz de Santamaría recibió al que es uno de sus más fieles interlocutores de CiU: Josep Antoni Duran Lleida, el portavoz de la formación en el Congreso. "Se ha hecho un análisis de la situación parlamentaria", fue la respuesta oficial. Algunas fuentes reconocieron el afán de Duran por abrir una vía de diálogo para intentar evitar un choque de trenes ante la amenaza secesionista: "Él mismo sabe que Mas está yendo a un callejón sin salida, pero el problema es que no tiene mucha capacidad de movimiento", analizan.
"El diálogo siempre ha estado ahí. Pero para hablar de lo que le preocupa a los españoles, pero no vamos a transigir en nada que afecte a la soberanía nacional", asegura un alto cargo del Gobierno. Esto es, la única opción es la negociación económica, más ahora que está abierto en canal el sistema de financiación autonómico y que se va a modificar el método para calcular las balanzas fiscales.
El encuentro -un almuerzo- se produce después de que El País aireara contactos entre la vicepresidenta y Joana Ortega, su homóloga regional. Antes de las vacaciones de Navidad, Sáenz de Santamaría confirmaba que la relación entre ambas es buena y que, más allá de los discursos públicos, suelen abordar las cuestiones que afectan a ambas instituciones. "Es su interlocutora natural, por supuesto que hablan y con total naturalidad", explican desde el entorno de la número dos del Ejecutivo.
