Fractura en el PP "nada de nada". Tal vez alguna voz crítica, pero como en cualquier "otra" formación o "empresa". Poco más. A base de frases redondas -"Con todos los respetos, no veo convulsión"-, la dirección nacional quiso minimizar la brecha abierta al tiempo que se definió como un partido "unido y fuerte" de cara a su cita política más importante del año, que reúne a más de 2.000 cargos de sus distintas estructuras.
"España en la buena dirección" es el lema de una convención en la que tienen que cambiar mucho las cosas para que la economía centre el meollo político. En el último Comité Ejecutivo -el órgano que reúne a los barones regionales y a la cúpula-, Mariano Rajoy ordenó a los suyos evitar el ruido y hablar exclusivamente de la recuperación. Pero el partido no le hizo caso entonces -centrado en la espinosa cuestión de la ley del aborto- y menos ahora, cuando se hace más palpable la crisis entre el PP de Aznar y el de su antecesor en el cargo y se abordan asuntos tan identitarios como la política antiterrorista o la unidad de España.
"Entiendo que a la gente le gusta mucho especular, pero de ahí a hablar de fracturas, nada de nada", descartó María Dolores de Cospedal, que de nuevo se tuvo que enfrentar a una comparecencia muy compleja en la que se le hace muy difícil vender su mensaje. Por todos los medios, los portavoces del PP -también Carlos Floriano y Esteban González Pons- intentaron restar importancia al portazo de José María Aznar. "Una cuestión de agenda no se puede transformar en una ruptura", resumió la número dos, que admitió que se enteró del 'no' del expresidente esta misma semana, prácticamente al mismo tiempo que los medios de comunicación.
Fuentes de la dirección entienden que la hemorragia está taponada: no habrá más escisiones. "Son dos", apuntaron, en relación a Alejo Vidal Quadras y Santiago Abascal. A su juicio, ningún otro dirigente de peso abandonará el PP. "Ese escenario tan dramático que usted me plantea no lo veo de ninguna manera", contestó Cospedal sobre una posible marcha de Aznar. Las citadas fuentes rechazan también que Jaime Mayor Oreja lo esté ni tan siquiera barajando: "No es Alejo. Él es leal", dicen. Y, aún más, creen que Rajoy le tiene "algo reservado", aunque varios de los consultados recalcan que hablan "de oídas".
El entorno de Aznar: "Está enfadado"
Dirigentes próximos a Aznar no coinciden con Cospedal. Está "preocupado y enfadado", y algunos veteranos lamentan que Rajoy no haya podido mantener unido al centro-derecha español, y ven en Vox la prueba más evidente. "Si hubiera querido, Aznar estaría este fin de semana en Valladolid. No va porque tendría que hablar y a Rajoy no le gustaría nada las cosas que tiene que decirle", analiza un diputado. "Cuando hay dudas dentro del propio partido, ¿cómo diantres vamos a tranquilizar a nuestros votantes?", añadía un cargo próximo al expresidente.
Pocos minutos antes de que Cospedal soportara una batería de preguntas sobre su plantón, Aznar se convertía en noticia por un informe de su fundación sobre Cataluña: "20 preguntas con respuesta sobre la secesión", con afirmaciones mucho más contundentes a las que suelen usar desde el PP y el Gobierno. En total, 82 folios con argumentos económicos, jurídicos e históricos. "Una forma curiosa de no hablar, la verdad", ironizaban desde sectores marianistas, donde hablan abiertamente de deslealtad desde su ya histórica entrevista de Antena3.
El debate, en todo caso, continuó a pesar de la petición de silencio. "Escuchar a Aznar siempre es interesante", lamentó Ignacio González. El decano de los presidentes autonómicos, el riojano Pedro Sanz, no estuvo de acuerdo: "Es una anécdota, un elemento colateral, lo importante es el partido por encima de las personas", afirmó. "En amores y desamores de otras parejas yo no me meto", contestó Juan Vicente Herrera, que en todo caso lamentó que Aznar no acuda al que se convirtió en uno de sus primeros feudos electorales.
Mayor no estará en Valladolid
En la fotografía de Valladolid tampoco estará Mayor Oreja. A Cospedal le dijo que no asistiría para evitar "polémicas" y convertirse en el protagonista. Pero la Organización contaba tanto con él como con Aznar, y así consta en el boceto de intervenciones que fue remitido a sus estructuras regionales. Asistirán Ana Botella y Esperanza Aguirre, convertidas en pepito grillo y sobre las que hay puestas una enorme expectación. Si bien, la líder del PP de Madrid ha sido alejada de mesas de debate comprometidas y se le ha buscado un debate sobre "Competitividad", teniendo como compañero a Luis de Guindos, titular de Economía.
Cospedal se cuidó muy mucho de verter crítica alguna hacia Aznar o Mayor pero sí que ahondó en el fondo de sus críticas sobre la lucha contra ETA. "La política antiterrorista es clara. Y quien diga lo contrario está diciendo la verdad", replicó con contundencia. Jorge Fernández Díaz, el ministro del Interior, también se pronunció en este sentido: "Quien diga que el Gobierno sigue no sé qué hoja de ruta o ha cambiado su política falta a la verdad", contestó en rueda de prensa.
Por ello, el PP buscará un acercamiento con las víctimas en Valladolid con un reconocimiento expreso. "Han hecho mucho por nuestro país y, con independencia de lo que piensen, las vamos a respetar", afirmó Cospedal, invitando públicamente a las distintas sensibilidades del colectivo. "No me va a hacer cambiar la opinión sobre las víctimas nada de lo que pueda pasar, aunque algunos quieran provocar fracturas o divisiones", recalcó. Y aún dijo: "Nuestro respeto con las víctimas siempre ha sido exactamente igual, y cada vez más".
En paralelo, siguieron las críticas hacia María San Gil, otrora referente contra la banda terrorista. "Dirán que somos cómplices de ETA", se quejó Borja Sémper en esRadio. Las quejas llegaron incluso desde Andalucía: "Me parecen un poco oportunistas", en palabras de José Luis Sanz. Desde la dirección nacional no hubo desautorización más allá del "reconocimiento" de lo que San Gil hizo en su época. Un matiz que no incluyen a la hora de referirse a Vidal Quadras: "Debería de haber dejado su escaño hace mucho tiempo. O, en caso contrario, mi partido le debería de haber expulsado", en palabras de un ministro consultado.
Para reafirmar que el Gobierno está con el PP vasco, este mismo jueves -un día antes de la convención- Soraya Sáenz de Santamaría se desplaza a Bilbao para participar en un acto con Arantza Quiroga, muy criticada por una parte de las víctimas. Además, Rajoy acudirá a San Sebastián para participar en el congreso de la formación, que se celebrará del 7 al 9 de marzo.