El momento más dulce para la diplomacia española llegará este lunes: poco después de las dos de la tarde -hora estadounidense- el presidente accederá al ala oeste de la Casa Blanca para reunirse en el despacho oval con Barack Obama, el mandatario más poderoso del mundo. Al término, ambos harán una declaración institucional pero no admitirán preguntas, tal y como dicta el protocolo de los anfitriones.
Una visita oficial cuidada al detalle por la Moncloa y que se ha buscado con insistencia en la primera parte de la legislatura. Mariano Rajoy ha tenido oportunidad de despachar con Obama en varias cumbres -muy comentada fue la fotografía en la del G-20 de San Petersburgo-, pero la invitación a la Casa Blanca no se cerró hasta el reciente funeral de Nelson Mandela. Entonces, el presidente de Estados Unidos se acercó al español en el gimnasio y le dijo que en breve le darían una fecha. Sus equipos cerraron que fuera el 13 de enero.
Entre los temas de la reunión no hay ninguno conflictivo. La economía centrará el grueso de la conversación, de poco más de una hora. Aunque hay margen para la improvisación, las fuentes consultadas reconocieron que no está previsto hablar del conflicto surgido por el espionaje estadounidense, y que ha provocado un hondo malestar en la Unión Europea. Por su puesto, la amenaza de ruptura en Cataluña "no está en agenda".
Una fotografía tan deseada como potente con la que el Gobierno quiere vender, formalmente, el inicio de la recuperación. Y es por ello que desde la Moncloa se destaca con énfasis que el regreso de Rajoy a Estados Unidos es mucho más que su visita a la Casa Blanca. Su agenda es muy amplia, centrada en exclusiva en la economía, y junto a él estarán los más importantes empresarios del país.
Así, nada más verse con Obama, el presidente se trasladará a la sede del Fondo Monetario Internacional para verse con su directora, Christine Lagarde. La primera jornada de trabajo aún incluye otro acto institucional: la imposición al senador Bob Menéndez de la gran cruz de Isabel la Católica.
El martes, más economía. Rajoy intervendrá en la Cámara de Comercio del país y mantendrá una mesa redonda con empresarios norteamericanos en la que podrán plantear sus dudas sobre la situación económica en España. A renglón seguido, almuerzo con este colectivo, al que también se sumarán empresarios españoles.
Acompañarán a Rajoy 15 líderes empresariales de España, entre los que destacan el presidente de Telefónica, César Alierta; el de ACS, Florentino Pérez; el de Acciona, José Manuel Entrecanales; el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán; el de Indra, Javier Monzón, y el de CaixaBank, Isidro Fainé.
Una intensa agenda con la que el presidente quiere dar, formalmente, el pistoletazo de salida de un año clave por las elecciones europeas. "La economía va a ser mi discurso y debe ser el vuestro", dijo sin medias tintas al Comité Ejecutivo del PP. Antes de ir a Washington se retiró durante dos días con su cúpula para remachar esta idea: la economía debe marcar la agenda, y espera que su estancia en la Casa Blanca le beneficie en este cometido.