El presidente ya no rehúye el desafío separatista. Fue el segundo asunto que resaltó en su discurso ante el Comité Ejecutivo y lo hizo para reiterar que no permitirá que se celebre la consulta pregonada por Artur Mas. Aún más, advirtió del "ridículo" de la Generalidad en una "batalla internacional" que, asegura, "tienen perdida".
"Mas ha creado un problema y quiere que los demás se lo resolvamos", argumentó Mariano Rajoy ante su cúpula. Si bien, puntualizó que "la soberanía nacional no está disponible sin una reforma de la Constitución", que él no defiende. "El referéndum no se puede celebrar y no lo voy a autorizar", trató de tranquilizar.
Rajoy también contestó con claridad a Alfredo Pérez Rubalcaba, que aboga por una modificación de la Carta Magna: "Cuidado con las ocurrencias", dijo, para añadir que "abrir melones sin saber cómo se cierran es un mal procedimiento". Esto es, no habrá reforma "sin saber en qué sentido" por "imprudente".
En el turno de réplica, Alicia Sánchez Camacho pidió la palabra para hacer un extenso análisis de situación sobre la crisis. En este contexto, y ante la petición de Mas de un encuentro discreto con Rajoy, le pidió que no acepte. El presidente le contestó que está de acuerdo con ella. "Con luz y taquígrafos", resumió María Dolores de Cospedal, ya en rueda de prensa.