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Rajoy dice que no le gusta "nada" la sentencia pero que debe acatarla

No ve motivos para que las víctimas se revuelvan contra él: "La política antiterrorista es conocida", se escuda. No estará en el acto, pero sí el PP.

Mariano Rajoy cree que todas las explicaciones están dadas y su hoja de ruta en la lucha contra el terrorismo es hartamente conocida. "El Gobierno ha fijado claramente su posición", zanjó desde Bruselas, rechazando otro plan que no sea la ley y el estado de derecho. Fue su primera declaración tras la crisis abierta a raiz del dictamen del tribunal de Estrasburgo, hace ya cuatro días. Una sentencia que es "injusta y equivocada" pero que acatará sin dudarlo.

El presidente hizo un último intento de reconcilicación con las víctimas en vísperas de que alcen su voz "contra la injusticia, en la que entran jueces y políticos y todo el mundo que ha cometido esas injusticias", según Ángeles Pedraza. En el plano de los sentimientos, se unió a ellas rechazando con contundencia el fallo de Estrasburgo y ensalzando la doctrina Parot, pero en la práctica "las cosas son como son" y "hay que respetar lo que digan los tribunales".

Antes, el PP anunció su adhesión formal a la protesta del domingo. Según su lectura, y a pesar de la advertencia de Pedraza, la concentración no es en contra de la política antiterrorista del Gobierno. "Es para reivindicar la memoria y la dignidad de las víctimas ante la sentencia del TDH", recalca en un comunicado. Y, en este sentido, se sienten cómodos, y de ahí que estarán sus tres vicesecretarios generales -Esteban González Pons, Carlos Floriano y Javier Arenas- y "se anima a todos a que acudan a la manifestación a favor de la justicia con las víctimas".

El presidente no asistirá. Tampoco nadie de su gabinete. "El Gobierno tiene que estar en su sitio", se justificó en una improvisada declaración ante los medios previa a la cumbre del PP europeo, celebrada en Bruselas. Esto es, dar su "pleno y total apoyo" a las víctimas, reunirse con ellas, pero mantenerse al margen en cuestión de pancartas. "El Gobierno no vamos a estar como tal, pero sí el partido", quiso recalcar. El desembarco de diputados será importante, como también el número de representantes del PP de Madrid.

El temor de los populares era que la concentración fuera en contra del Ejecutivo, cosa que no se desprende del lema anunciado. Todavía preocupa que se puedan vivir momentos de abucheos o reproches, pero esperan que no sean generalizados. Si bien, Rajoy en este punto también quiso alejar fantasmas: "La política antiterrorista es conocida", dijo. Jorge Fernández Díaz ha repetido estos últimos días que, bajo ningún concepto, existe negociación soterrada con ETA.

No le gusta "nada" la sentencia de Estrasburgo

Sobre la sentencia, el origen de la indignación de las víctimas y de la protesta en Colón, Rajoy aseguró que no le gusta "nada" y es "el peor escenario" que barajaba el Gobierno, aunque no le pilló por sorpresa. Ahora, el Ejecutivo se afana en trabajar para que las excarcelaciones de etarras no sean "en bloque", según prometió a Pedraza. Pero el presidente también deja meridianamente claro que no habrá incumplimiento: "Si no cada uno haríamos nuestra propia sentencia", argumentó. "Hay que respetar lo que digan los tribunales" y él, como presidente, más todavía, fue otra de sus coletillas.

Con esta breve declaración, el presidente se despeja una rueda de prensa al término del Consejo Europeo que se preveía compleja. Ahora, podrá centrarse en las cuestiones que le traen a Bruselas: la inmigración ilegal y las ayudas contra el desempleo juvenil. "Las cosas son como son, y hay muchas cosas en la vida que no nos gustan. Son ahora los tribunales los que tienen que tomar las decisiones", trató de esquivar sobre Estrasburgo.

En todo caso, la concentración se ha convertido en una prueba de fuego y así lo admiten en los círculos populares. Hace pocos años se hacía impensable pensar que las víctimas dudaran de un Gobierno del PP y ahora dicen que ya no les valen las "palabras" y que sólo esperan "hechos". Rajoy, con su reunión de urgencia el miércoles y sus palabras desde Bruselas, busca evitar el choque para -posteriormente- mejorar las relaciones. "Pleno y total apoyo", remató desde la capital comunitaria. De hecho, se reunirá con Pedraza próximamente y María Dolores de Cospedal, su número dos en el PP, también iniciará una ronda de contactos. "Los nuestros nos están observando con atención y, como no cuidemos esto, nos pueden dar la patada", era un análisis extendido entre diputados populares.

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