Mariano Rajoy lanzó un mensaje muy claro en clave interna en uno de los momentos más complejos para su número dos en el PP: "Por supuesto que mantengo mi confianza en la señora Cospedal", respondió tajante al término de la Cumbre Iberoamericana. Así, despeja dudas tras su careo judicial con Luis Bárcenas y el consiguiente debate de puertas para adentro sobre su estrategia de respuesta al extesorero.
El presidente trató de apagar en seco el ruido interno: "No tenga la más mínima duda, es una magnífica secretaria general", sentenció. Esto es, si prevé realizar cambios en Génova a corto o medio plazo -por ejemplo, en la convención nacional de febrero-, no tocará a Cospedal, con quien mantiene una estrecha relación a pesar de lo que se ha publicado en los últimos días.
Así, Rajoy arropó a su número dos -que, desde hace meses, es la cara visible frente al otrora hombre de confianza y suele dar semanalmente unas ruedas de prensa muy difíciles de gestionar- pero evitó referirse a las acusaciones vertidas por Bárcenas en sede judicial. "Todo lo que tenía que decir lo he hecho en el Parlamento", repitió una vez más, no sin destacar: "Y no voy a entrar en decisiones judiciales".
"De eso no se ha hablado en esta Cumbre", tiró de ironía, como por otro lado ya es habitual. Cada vez que está en un foro internacional y es preguntado por cuestiones domésticas -y, en concreto, por Bárcenas- usa esa coletilla y evita responder. En su opinión, así lo dicen los suyos, ya empeñó su palabra en las Cortes y debe prevalecer a la de "un declarado mentiroso".