Una gran bandera separatista catalana, la cada vez más habitual 'estelada', ondea desde el pasado viernes en la rotonda de entrada del pueblo barcelonés de Viladecavalls. Situada en la confluencia de la carretera C-245 y la Calle Innovación, esta rotonda estará vestida con la bandera separatista "hasta que la declaración de un Estado propio y de una Catalunya independiente sean una realidad", según reza el acuerdo alcanzado en el Ayuntamiento el día anterior al izado de la bandera.
Este mismo acuerdo recogía la colocación de una placa recordando que Viladecavalls forma parte de la "Asociación de Municipios por la Independencia" en las señales de circulación que indican la llegada y salida al pueblo. Más aún, según las declaraciones de la propia alcaldesa, Francesca Berenger (CIU), recogidas por el Diari de Terrasa en su edición en papel, la bandera separatista ondea en Viladecavalls porque "la mayoría de los partidos con representación en el Consistorio tenemos la ilusión de alcanzar una Cataluña independiente y así lo hemos querido hacer saber con este gesto, que es la representación de una voluntad popular".
En este pequeño pueblo de 7.400 habitantes, las formaciones políticas presentes en el Consistorio ascienden a 8. De ellas, el Gobierno lo ostenta una alianza cuatripartita formada por cuatro concejales de CiU, uno de Ara Viladecavalls-Reagrupament, otro del PP y otro más de la Plataforma de Viladecavalls Actiu (PVA). De estos cuatro grupos, CIU y Ara votaron a favor, PVA en contra y el concejal del PP se abstuvo.
La propuesta salió adelante con el voto a favor de los concejales de la oposición, uno de ERC, los dos de Unión Municipal de Cataluña (UmdC) y uno de los dos concejales de ICV-EUiA. El otro edil de Iniciativa votó en contra, al igual que el representante del PSC, también en la oposición.
Así pues, el PP se abstuvo, mientras que el concejal del PSC y uno de los dos de ICV se opusieron a la propuesta. Según reza la página web del propio ayuntamiento de Viladecavalls, el concejal del PP en el consistorio es Antonio Milan Calderón, heredero del puesto que ocupaba el edil del PP Francisco Cano, asesinado por ETA en el año 2000.
Apenas 48 horas después de que el PP y el PSOE firmaran el pacto antiterrorista en Madrid, una bomba acabó con la vida del único concejal popular en Viladecavalls Francisco Cano Consuegra. Tenía 45 años, estaba casado y tenía dos hijas. Cano Consuegra regentaba en aquel pueblo un taller de fontanería y electricidad. La bomba lo mató cuando iba a trabajar.
Libertad Digital se ha puesto en contacto con Antonio Milán Calderón para conocer los motivos del sentido de su voto en el pleno del pasado jueves. El concejal popular ha rechazado enérgicamente atender a este periódico.