El malestar interno quedó irremediablemente apagado con las llamadas del presidente y su número dos en el PP a callar sobre Luis Bárcenas y dar una imagen de unidad. "Unidad de todos", exigió María Dolores de Cospedal, la primera en intervenir ante el Comité Ejecutivo para presentar su informe de gestión. "Ahora toca perseverar sin distraerse", incidió pocos minutos después el propio Mariano Rajoy.
Tras el discurso del líder de los populares, se abre un turno de réplica en el que cualquier integrante del órgano -conformado por la plana mayor y todo el poder autonómico del PP- puede tomar la palabra y expresar sus reservas. Así ocurrió con el caso Bolinaga, cuando Jorge Fernández Díaz -ministro del Interior- y Jaime Mayor Oreja -que ocupó esa cartera- vivieron un intenso debate. Si bien, en esta ocasión, todo el mundo ha permanecido callado.
Tampoco los cargos populares han decidido hacer declaraciones ante los medios de comunicación, a excepción de Alberto Núñez Feijóo. Ya antes de escuchar a Rajoy, los suyos cumplían con la orden del presidente: evitar al máximo "el ruido" de Luis Bárcenas, medios de comunicación y el PSOE.