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La moción 'guadiana' del PSOE

En sólo 15 días los socialistas han cambiado hasta 4 veces de opinión sobre la moción de censura. De la negación, a su creación, muerte y resurreción

Un mes en política es un tiempo relativamente corto en una legislatura. Para el PSOE, el mes de julio está siendo una eternidad. No porque se le haga cuesta arriba, todo lo contrario ya que el caso Bárcenas les ha dado un pequeño impulso, sino porque han cambiado de posición tantas veces que más que semanas parecen años.

El día 9 de julio, la número dos de los socialistas, Elena Valenciano pedía la dimisión del presidente del Gobierno por los papeles de Bárcenas pero descartaba una moción de censura. Se amparaba en que ellos no querían hablar de "tácticas" sino "de ética y moral".

Justo una semana después, el 16 de julio, su jefe decidía que había que hablar de tácticas y anunciaba en el Senado una moción de censura. "Si el grupo popular vuelve a negar la comparecencia del presidente del Gobierno, presentaré una moción de censura", aseguraba Rubalcaba. El líder del PSOE volvía a hablar de valores, como los que citó Valenciano, y aseguraba que la presentaba para preservar "la dignidad de esta Cámara". Apuntillaba que no quería "sustituir al presidente del Gobierno" y que sólo quería que compareciese.

Desde que Rubalcaba es Secretario General, muchas de sus decisiones han tenido contestación interna o eran acogidas de manera fría por la mayoría del partido. Sin embargo, la moción de censura tuvo un cierre de filas rotundo después de que muchos dirigentes vieran tibia la contestación del líder socialista al escándalo. El único discordante fue, como viene siendo habitual, Tomás Gómez . El máximo responsable de los socialistas madrileños se mostró "preocupado", pero no porque se presentase sino "porque no se hiciese antes". Eso fue el domingo 21 de julio.

A las pocas horas, Rajoy anunciaba que, finalmente, comparecería en el Congreso. La contrarréplica socialista vino por parte de Elena Valenciano. La número 2 del PSOE anunció que no presentará la moción de censura contra Rajoy pero que seguirían pidiendo su dimisión. No pasaron ni 24 horas para que el partido se desdijese y resucitase al muerto con el cadáver todavía caliente. El número 3, Óscar López, colgaba a la manida acción parlamentaria la medalla de la comparecencia. "Hemos tenido que anunciar una moción de censura para que el señor Rajoy salga de la madriguera", aseguraba. Entonces anunciaba que "la moción de censura sigue encima de la mesa y la puede utilizar el PSOE cuando la considere conveniente". La amenaza vuelve a estar latente.

No es la primera vez que los socialistas hacen una política Guadiana, que aparece y desaparece. En enero, Rubalcaba ya planteó la dimisión de Rajoy cuando aparecieron las fotocopias de Bárcenas en El País. Conforme pasó la polémica, la petición se las llevó el viento. El secretario general del PSOE, que llegó a plantear ya entonces la dimisión en sesión plenaria, dejó de pedirla. Incluso pactó con el Gobierno posiciones conjuntas como en el último Consejo Europeo. Sin embargo, ahora el PSOE da, desde el día 14 de julio, las relaciones rotas. Justo desde el momento en el que desempolvó la petición de dimisión.

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