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Preocupación en el PP por el desgaste de la imagen de Rajoy

Para Génova, los sondeos son una "foto del momento". Pero preocupa el daño que Bárcenas hace a la imagen del líder. Rajoy comparece este lunes.

Hay una cuestión de fondo que preocupa hondamente en los círculos populares: "Se ha instalado la idea de que los políticos somos, todos y sin excepción, unos chorizos", analizan. Una percepción de la que no es inmune ni el presidente del Gobierno ni la cúpula de la formación, reconocen. El desgaste afecta "al sistema en sí" en un momento de crisis en el que "todo está entredicho", desde la Jefatura del Estado en manos del Rey al Poder Judicial, ponen como ejemplo.

Mariano Rajoy es consciente de esta circunstancia, dicen los suyos. Pero cree que se ha agudizado por la larga crisis económica. En su opinión, todo irá a mejor en cuanto la calle empiece a palpar los primeros signos de recuperación y la tendencia de creación de empleo se mantenga -será clave, admite en privado, el comportamiento del mercado laboral en otoño-.

Aunque, siendo éste el análisis sosegado de la situación, el Gobierno y el PP se encontraron este domingo con una encuesta demoledora: no es que la mayoría de españoles reclame a Rajoy que comparezca en el Congreso de los Diputados -algo que se daba por descontado- si no que un 76% da por hecho la existencia de una contabilidad B en el partido hoy en el poder. Esto es, la opinión pública da más valor a la palabra de Luis Bárcenas que a la del propio presidente.

El sondeo, hecho público por el diario El Mundo, pone en evidencia que el descontento también es total en las bases del PP -los votantes-, tradicionalmente leales. Un 65% de ellos está seguro de que existieron los sobresueldos ilegales que están registrados en los denominados papeles de Bárcenas.

En una primera lectura, desde Génova se interpretaron los datos como una "fotografía del momento" que atraviesa España. Interpretan que "la gente está muy cabreada porque están haciendo enormes esfuerzos y escuchan que en el PP hubo sobresueldos", pero que la situación se irá revertiendo poco a poco. "A medida que se vaya sabiendo la verdad, Rajoy, naturalmente, mejorará su imagen", asegura Alfonso Alonso en ABC. "Cuando quede acreditada su determinación para luchar contra cualquier movimiento corrupto, indecente o inmoral, no sólo en el PP, lo valorarán con mucha más independencia y ánimo que ahora", añade.

En otras palabras, para la dirección, las turbulencias generadas por Bárcenas irán paulatinamente a menos. Una impresión que no comparten en las estructuras medias, en las que lamentan que no se está haciendo nada ante el desgaste imparable del líder: "Qué duda cabe que esto no le hace ningún bien. Son muchos días de malos titulares, también en la prensa extranjera. Rajoy será como una roca, sí, pero su imagen queda dañada", en voz de un diputado consultado. Varios de ellos opinan que Moncloa y Génova deberían de articular algún tipo de respuesta para relanzar la imagen del presidente: "No todo puede ser esperar a que vengan tiempos mejores", destacan. Para uno de ellos, "sería un error de bulto. Hoy Rajoy no puede salir la calle".

Este lunes, el presidente vuelve a dar la cara obligado por la visita de su homólogo rumano, Víctor Ponta. Siete días después, la historia se repite en la Moncloa: cuatro periodistas podrán hacer preguntas: dos del país invitado y otros dos españoles. Y, previsiblemente, Bárcenas volverá a ser protagonista.

Además, el miércoles se reúne la Comisión Permanente en la que se decidirá si el jefe del gabinete comparece en el Parlamento. Este domingo, el Gobierno seguía manteniendo la incógnita: habrá explicaciones, reiteran, pero se estudia el formato. Algunos diputados auguraron que Rajoy podría avanzar algo este lunes. "La realidad es que no nos cuentan nada. Nos enteramos por la prensa", se lamentan. "Rajoy nunca ha dicho que no vaya a comparecer. Seguirá compareciendo y dando explicaciones. Lo hará en el momento que tenga que hacerlo", en palabras de Alonso. Moncloa quiere evitar a toda costa un debate monográfico, por lo que se podría celebrar una sesión de control extraordinaria. Se estudian varias posibilidades, como ya publicó este diario. En principio, si el presidente acude a las Cortes no dará una rueda de prensa sin límite de preguntas, como es habitual a finales de julio para hacer balance del curso político.

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