Al Gobierno le bastó proclamar su respeto a los procedimientos judiciales, afecte al partido político que afecte, para dejar en evidencia la ofensiva del PSOE contra la magistrada Ayala por la trama de los ERE. En realidad, la vicepresidenta se vino a sumar a las declaraciones hechas públicas por Mariano Rajoy esta misma semana: "creo que no es bueno que pretendamos condicionar, hablar o comentar sobre temas que tienen que llevar los tribunales y a los que todos debemos respeto", contestó desde Berlín.
Claro que, bajo esta máxima absoluta, el presidente se permite esquivar cualquier pregunta relativa a Luis Bárcenas hasta el punto de mantener intacta su estrategia de evitar pronunciar su nombre. Si bien, en el Gobierno se muestran convencidos de que la suya es la política correcta, más aún a tenor de la polvareda generadas tras las críticas del PSOE a la juez que investiga los ERE. "Invitamos a los demás a que hagan lo mismo, a respetar las decisiones judiciales", emplazó a Alfredo Pérez Rubalcaba la portavoz del gabinete. Fuera de micrófono, eso sí, se reconoce el "estupor" por la "deriva política" que se vive en Andalucía.
Una "congruencia" en el discurso que sirvió a Soraya Sáenz de Santamaría para despachar sin mayores complicaciones la pregunta de si Bárcenas y resto de casos de corrupción siguen menoscabando la imagen de la clase política, tal y como se desprende del último barómetro de CIS. "Máximo respeto y colaboración con las autoridades judiciales", reiteró, "con independencia de quién esté afectado en el procedimiento".
Ésta es, también, la respuesta de argumentario de María Dolores de Cospedal cada vez que le interroga por el asunto en Génova13. "Hay un procedimiento judicial abierto", suele decir, y el PP se presta a colaborar con la Justicia. Lo más que hace la número dos del PP es contestar en el plano más político del caso: "Miedo absolutamente a nada", dijo este lunes sobre la posibilidad de que Bárcenas tire de la manta. Más allá fue recientemente Carlos Floriano, lo que le ha servido varias quejas gubernamentales en privado. Sobre el juez Pablo Ruz, aseveró en rueda de prensa: "No sabemos si incumple su deber de custodia" ya que papel entregado "aparece publicado en un medio de comunicación".
En cuanto a lo que se comenta en los mentideros políticos, y pasada una semana desde que Bárcenas entrara en prisión, el Gobierno empieza a transmitir la idea de que, sea cual sea la información que tenga en su poder, no logrará desestabilizar sus estructuras. Aún más, se preguntan "si de verdad tiene eso que dicen que tiene", a tenor de que aún no se han llevado a cabo "sospechosas" filtraciones. Lleguen o no, varios ministros consultados esta semana creen que serán cuestiones "que afecten a una u otra persona" y que, en ningún caso, deberían de salpicar a Rajoy.