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Rajoy logra una foto pero no un acuerdo en firme de sus barones

Rajoy lanza un ultimátum: debe haber acuerdo antes del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero sus barones se mantienen en sus tesis.

Rajoy lanza un ultimátum: debe haber acuerdo antes del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Pero sus barones se mantienen en sus tesis.
Foto de los barones del PP, con Rajoy | Tarek

En firme, la decisión se tomará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Su fecha se sabrá, muy probablemente, esta misma semana, cuando se celebre una reunión de segundo nivel en el Ministerio de Hacienda. El Gobierno, y éste sería el primer titular, se mantiene en sus trece de un déficit a la carta para ayudar a aquellas regiones que más problemas tienen. Esto es, el denominado arco mediterráneo. Pero los barones cumplidores llegaron y se marcharon de la cita entonando un discurso de resistencia: "Dentro de un año y medio tenemos que cumplir, pero no con el presidente, sino con nuestros electores. Y a ellos nos debemos por encima del resto", era el análisis de unos y otros para mantener el tablero sin una jugada ganadora.

En todo caso, Mariano Rajoy sí consiguió algo que le estaba costando desde hace meses: reunir a todos los líderes regionales con cartera alrededor de él. Hasta la fecha, sus contactos habían sido individuales, la mayoría por teléfono. Les escuchaba y les llegaba a comprender, pero con la máxima de que "esto, entre todos, lo tenemos que arreglar". Ellos se habían ausentado de las últimas citas orgánicas del PP escudándose en sus agendas. Pero este lunes, la comida era por y para hablar del déficit, y nadie faltó.

Rajoy les hizo esperar. Estaban citados a las 14.00 horas, pero él llegó media hora más tarde. "Es el presidente y puede hacer lo que quiera", se plegaban. "Habrá foto", coincidían antes de que se produjera. Y, en efecto, así fue: todos sonrientes, como si de una familia bien allegada se tratase. En el centro, el jefe con sus dos mujeres: María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría -que, aunque no estaba previsto, se unió al encuentro-. En torno a los tres, el resto.

Ya en el encuentro, el debate. El valenciano Alberto Fabra llegaba "remangado" para pelear con el extremeño José Antonio Monago, que le emplazó a que leyera la Constitución -libro "poco de moda", dijo- y en concreto el capítulo relativo a la solidaridad entre territorios. Al final, no llegaron a las manos, pero las posturas siguen encontradas. Luisa Fernanda Rudi, por ejemplo, puso en el 1,2% el límite de apertura del objetivo de déficit, igual para todos.

El presidente, siempre con buenas formas, les lanzó un ultimátum: las fricciones tienen que cesar y tiene que darse un acuerdo en el seno del PP antes del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Ésa será la verdadera fotografía. Para conseguirlo, da plenos poderes de negociación a Cristóbal Montoro, presente en la cita. Él tendrá que negociar las contrapartidas para las regiones que han hecho los deberes, a fin de que admitan un déficit diferenciado. Se habla de ayudas comunitarias o infraestructuras, pero aún no hay nada cerrado.

En la reunión Rajoy aseguró a sus barones que en las reuniones que ha mantenido con Artur Mas nunca llegó a ningún acuerdo ni a ninguna cifra concreta. Además, les insistió en que el acuerdo será alcanzado "entre todos".

Los barones se comprometieron a cumplir con el objetivo que surja de ese Consejo, pero esto no quita para que la guerra interna continúe y no vayan a pelear por lograr sus intereses hasta las último minuto. Traducido, en voz de un barón: "Al final, tendremos que plegarnos. Pero antes vamos a pelear y a pelear". De hecho, Monago dijo a puerta cerrada que llegaba a decir lo que antes había expuesto a los periodistas: que todos tienen que cumplir bajo la máxima de un objetivo común.

En todo caso, no fue un encuentro a cara de perro. Rajoy siempre utiliza el mismo escenario para intentar solucionar aquellos asuntos que le generan contratiempos políticos: una comida a la que le sigue una copa y un buen puro. Pero, en el fondo, algunos barones transmitían que a pesar de esa calidez "la tensión se notaba en el ambiente". Es lo que pasa cuando de lo que se está hablando de dinero: "Después tenemos que rendir cuentas ante nuestros electores", insistían casi sin cesar.

Los hechos se precipitarán en las próximas jornadas. Este mismo miércoles Bruselas oficializa la flexibilización del déficit y Hacienda no tendrá que guardar las formas. El Ejecutivo transmitió una idea clave: lo importante es la senda de reducción del déficit y no el objetivo. De las contrapartidas depende que la batalla interna concluya para el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

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