Vidal Quadras irrumpe en el cónclave del PP para pedir más democracia interna y bajada de impuestos

Los dirigentes del Partido Popular no están acostumbrados a que en sus cónclaves, véase la Interparlamentaria que se celebra en Salamanca, se desarrollen debates vivos, en profundidad. Normalmente, tras la exposición del invitado -desde que están en el poder, normalmente es un ministro-, se inicia una ronda de preguntas sin mucha enjundia. Tanto es así que pocas veces capta la atención de los medios de comunicación, y la sala suele quedar medio vacía.

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Así solía ocurrir, hasta ahora. La irrupción de Alejo Vidal Quadras en el cónclave a media tarde ya llamó extraordinariamente la atención. Aunque como eurodiputado del PP su asistencia no puede ser calificada de extraordinaria -la cita reúne a parlamentarios de todas las Cámaras- sus posturas cada vez más opuestas a la línea oficial le han alejado de la dirección nacional. Se da por descontado que no formará parte de las listas a las próximas elecciones europeas.

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El vicepresidente de la Eurocámara acudió a un foro en concreto; el protagonizado por Cristóbal Montoro, titulada "Administraciones Públicas al servicio de los ciudadanos". Se sentó en el lateral derecho de la sala, en primera fila. Y tras la exposición del titular de Hacienda levantó la mano, generando la expectación de todos sus compañeros. Con su pregunta, más bien era un análisis, hizo estallar al ministro.

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Primero, pidió plantearse "seriamente" que el partido pueda elegir a sus líderes de forma "abierta", mediante la fórmula de "un militante, un voto" que se utilizó de forma extraordinaria por José Ramón Bauzá en Baleares. Hurgó en la herida: "Se ha perdido una buena ocasión en el País Vasco", dijo, en relación a la designación de Arantza Quiroga. Precisamente, la ya líder de los populares en dicha comunidad se presentaba oficialmente pocas horas antes en el mismo escenario.

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Vidal Quadras no se quedó ahí, y se dirigió directamente a Montoro. "La impresión de la opinión pública", puso como base, es que no se ha recortado el gasto público lo necesario. Por el contrario, se vino a quejar, el Gobierno optó por la vía más fácil: la subida de impuestos. Y, por ello, le encomió a una bajada de los tributos, en consonancia con Esperanza Aguirre.

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La respuesta del ministro Montoro

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El moderador de la mesa, el veterano diputado José Antonio Bermúdez de Castro, terció enseguida. Dijo que ninguna de las dos cuestiones formaban parte del orden del día y que los ponentes no tenían por qué contestar. Pero el debate ya estaba abierto. Iñigo Henríquez de Luna, también en la mesa, recogió el testigo del tema relativo a la democracia interna, y abogó por inspeccionar los caminos sugeridos. Cabe recordar que el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid es, de hecho, un férreo defensor de una reforma electoral, y así lo plantea habitualmente.

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Después, tomó la palabra Montoro. "En relación a lo que llama el sentir de la calle, todos nos configuramos dueños del sentir de la calle", arrancó, dejando en evidencia su enfado. "No voy a ir a tanta verdad sentada de titulares. Se los creen quienes se los creen", repitió en varias ocasiones. El ministro trató al eurodiputado con cierto desdén: "Los titulares son muy respetables" pero "las cifras son las que son".

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El auditorio no dudó en cerrar filas y aplaudió a rabiar al ministro mientras Vidal Quadras escuchaba en silencio. En ocasiones, esbozaba una media sonrisa. "Pido respeto a quienes han pedido el empleo", llegó a decir Montoro, que recordó que reclamó el perdón de la opinión pública en varias ocasiones por incumplir el programa electoral. El recorte de gasto "no era suficiente", argumentó, para defender la subida de impuestos. Esto no significa, a juicio del titular de Hacienda, que no se haya metido la tijera a lo público. "¿Cómo se puede decir con estas cifras que no ha habido reducción del gasto?", se quejó, no sin reconocer que "hay que continuar con el esfuerzo".

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Para finalizar, Montoro sentenció que "está saliendo bien" y "todo lo demás serán florituras". "Y estaremos atentos a los titulares", volvió a tirar de ironía. Una nueva cascada de aplausos se escuchó en la sala. "La que se ha liado ahí dentro", resumían los cargos que presenciaron el agrio enfrentamiento.

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