Mariano Rajoy impuso la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil a Antonio Tajani, vicepresidente de la Comisión Europea y responsable comunitario de Industria y Emprendimiento. Pero, sobre todo, uno de los grandes valedores del país en las instituciones de la UE, y que suele coincidir con las tesis del presidente.
En el palacio de la Moncloa, en un acto muy discreto, Tajani agradeció tal distinción declarándose “leal amigo” del Ejecutivo, a la par aseguró que trabajará por España “en Bruselas”, en víspera de citas decisivas en las que se debería de avanzar, primero, en la unión bancaria para, a renglón seguido, seguir el calendario previsto en la integración fiscal y política.
El presidente reconoció la trayectoria del italiano, desde 1994 en el Europarlamento luchando por una Europa más unida. “Tiene que encontrar un papel central”, enfatizó Rajoy, que utilizó el papel de Tajani para insistir en su discurso de las últimas semanas: la UE “puede y debe” hacer más para salir de la crisis.
Un día después de que, junto al primer ministro de Portugal, Passos Coelho, advirtiera de que “no hay tiempo que perder” en el camino de la integración, Rajoy reclamó una Europa “más pegada” al crecimiento y al empleo, en el que se apoye al tejo industrial. “Mercado único”, reclamó, a la par que recordó que “son las empresas las que luchan contra el empleo juvenil”.
Rajoy no elevó más la tensión con la UE, después de reivindicar su reforma laboral y rechazar los cambios que le exigen desde las instituciones comunitarias. No era el contexto. Lo más que hizo fue elogiar de forma encendida a Tajani, hombre clave en Bruselas: “Es un hombre de firme convicciones éticas y políticas, decidido a afrontar el futuro con decisión”.