La tropa está baja de moral en el Partido Popular. Los actos de acoso, cada vez más numerosos, no han hecho sino aumentar la sensación de hastío interno, principalmente en los cuadros medios. Esto es, en los diputados rasos o dirigentes autonómicos y locales. Ya antes, a través de distintos cauces, se quejaban con amargura de lo difícil que les era defender las medidas del Gobierno, principalmente las subidas impositivas, y los pocos argumentos que les servían desde Génova13 para dar la cara ante sus vecinos.
En la dirección nacional aseguran ser conscientes de la situación, y de que algunos de los suyos lo están pasando mal. "Gano más trabajando por mi cuenta. Estoy harto de que me insulten o me persigan por la calle", decía con cierta carga dramática un cargo municipal, en conversación informal en la última Junta Directiva Nacional celebrada en Madrid.
Ante esta situación, el PP se ha propuesto recuperar de nuevo la calle o, al menos, no tenerle miedo. Aunque sin fecha, están anunciadas nuevas reuniones de la Intermunicipal y la Interparlamentaria, y ya se celebran desde hace semanas foros para intentar contactar con el ciudadano. Además, María Dolores de Cospedal reapareció este lunes en rueda de prensa, tras la inacción política generada por el caso Bárcenas, para fijar postura ante la opinión pública.
Este martes, en una reunión a puerta cerrada con el Grupo Popular -los diputados es uno de los colectivos que más están sufriendo las intentonas de coacción-, la número dos del PP se dedicó, casi en exclusiva, a intentar insuflar ánimos en un año que seguirá siendo muy difícil para la economía patria: hay que ir "con la cabeza bien alta", les emplazó, exigiéndoles que sean "altavoces" y "amplificadores" de las medidas que va aprobando el Consejo de Ministros y que, en su opinión, sacarán a España de la crisis.
"Si nosotros no hablamos bien de España, ¿quién va a hablar bien de España?", argumentó Cospedal, para insistir en que no se puede rehuir a la gente, sino entablar diálogo con ella y "cuidarla". Decirle, por ejemplo, que el Gobierno ha legislado sobre desahucios y sobre las preferentes, se encargó de enfatizar en la cita sin cámaras delante.
Dura crítica al PSOE
En la reunión, la dirección del PP se encargó de poner encima una idea más: el PSOE sigue sin ser un compañero leal para salir de crisis. Más al contrario, se ha convertido "en la marca blanca" de Izquierda Unida, según radiografió Alfonso Alonso, portavoz del Grupo. "Hay que preguntarse quién manda y quién lleva el liderazgo en la izquierda", llegó a decir, en un discurso en el que coinciden muchos de sus compañeros.
Precisamente, Cospedal se quejó de la posición de perfil que está teniendo Ferraz con respecto a la escalda de acoso. Lo hacen, expuso, porque creen que sacarán rédito electoral, "pero se equivocan".