Un día después de que María Dolores de Cospedal abogara por articular "sanciones" contra quienes piten a los símbolos nacionales, incluido al jefe del Estado, su propio partido puso en cuarentena esta posibilidad. Fue ni más ni menos que Alfonso Alonso, portavoz del Grupo Popular, que también participa en la reunión de maitines, que ella preside los lunes.
Preguntado expresamente sobre si el PP va a llevar esta petición a las Cortes, Alonso consideró "un deber cívico básico" respetar tanto el himno nacional como la presencia de don Juan Carlos en un escenario público, véase la final de la Copa del Rey de baloncesto. Ahora bien, rechazó que tal extremo se tenga que amarrar por la vía legal: "Más que un problema de leyes es de cultura democrática", dijo al término de la Junta de Portavoces.
Sus palabras fueron, en la práctica, un rechazo a la propuesta de la secretaria general de los populares, que elevó su petitoria al Ejecutivo. Ya pocas horas después, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, rebajó la posibilidad de que se puedan aplicar sanciones.