El diario El País, que hasta el momento ha sido muy discreto respecto a los negocios del clan Pujol, les dedica este domingo una doble página en la que, curiosamente, se olvidan del benjamín de la familia, Oleguer, relacionado con los inmuebles de Prisa si bien luego quiso negar tal vinculación.
Sin embargo, pese a dicha ausencia, el periódico realiza una de sus primeras críticas duras a la familia del expresidente de la Generalidad, con un tono más bien severo que se empieza a apreciar ya desde el titular: "Aromas sospechosos en el clan Pujol".
El peor parado es Oriol, del que se cita obviamente su más que probable imputación en el caso de las ITV y se describe su carrera política bajo el ala de su padre, el que fuera casi eterno presidente de la Generalidad.
Al amparo y la influencia de Pujol
El amplio reportaje reconoce sin ambages que varios de los hijos de Pujol, siempre sin citar a Oleguer, han tenido multitud de actividades empresariales "al amparo y la influencia del poder que él [por Jordi Pujol] tenía".
Asimismo, se comentan que "fueron constantes las adjudicaciones públicas a las empresas de los hijos del presidente", señalando muchas de ellas como "casos que siempre estuvieron bajo sospecha política y hasta judicial", si bien admite que "nunca acabaron en juicio".
Uno de los que más atención recibe de los siete hijos es Jordi Pujol Ferrusola, el mayor, del que se cita de pasada la denuncia interpuesta por su expareja y del que se recuerdan negocios curiosos como la concesión de un contrato de 600.000 euros, de 1991, a una empresa con la que estaba directamente vinculado. Pero lo peor fue que el contrato era para suministrar mármoles para el aeropuerto de Barcelona y éstos tuvieron que cambiarse a los 10 años por su mala calidad.
El reportaje trata varios asuntos similares, si bien lo hace con cierta superficialidad, por lo que finalmente el lector se lleva una impresión un tanto brumosa, más "aromática" que realmente noticiosa.