La dureza con la que la dirección nacional trató a Santiago Cervera en los minutos finales de su paso por el Partido Popular tornó en frialdad en el día después de unos sucesos que siguen dejando a no pocos dirigentes con el "cuerpo cortado" y una mezcolanza de sentimientos. Sólo el Grupo Parlamentario en el que poco a poco escaló en responsabilidades, tras su abrupta salida de UPN, le dedicó su particular y discreto homenaje, en un encuentro a puerta cerrada.
Casualidades de la vida, Alfonso Alonso había citado este martes a su equipo parlamentario a una reunión para hacer balance del curso. Y en ella, ante un auditorio muy expectante tras 24 horas de infarto en clave interna, el jefe dio la cara por Cervera: "Se portó como un señor al presentar su dimisión", afirmó ante sus compañeros. "Como un caballero", remachó, suavizando el tono con el que la víspera María Dolores de Cospedal le había invitado a marcharse abriéndole, incluso, un expediente informativo.
Pese a estas palabras, el frío político reinó en una cita en la que nadie tomó la palabra para defender al hasta hace pocas horas miembro de la Mesa del Congreso. Tampoco en el PP a nivel nacional, o en el navarro. Meramente en privado, algunos compañeros elogiaron su "educación" y el "alto conocimiento" que tenía de la actualidad. "Estoy seguro de que no hay trasfondo. Creo en su versión", afirmó un correligionario, que puso el acento en su particular "guerra" con los directivos de Caja Navarra.
Alonso, convertido en su único defensor en la cúpula, destacó ya ante los medios de comunicación que "por supuesto" cree la versión de su "compañero". "No tengo ningún motivo" para lo contrario, reseñó, llegando a utilizar la palabra "trampa" para explicar lo acontecido, y que según el propio Cervera se trata de un complot con base política.
Un último aliento que, sin embargo, no supondrá una reconciliación ni a corto ni a medio plazo. Los lazos con el PP están rotos, se admite oficialmente. Tanto es así que hasta Alonso aseveró que las "batallas" de Cervera son ahora otras, en relación al proceso judicial. En Génova son más tajantes todavía: "Ha cometido un error y ha pagado por él. En este partido tenemos que ser ejemplares".
Un portazo que es recíproco: "Es un hasta nunca. Es un final definitivo", pronunció Cervera en una de las varias entrevistas mantenidas, una vez repuesto del golpe. "Creo que voy a salir incluso reforzado de mi actitud y se va a demostrar claramente mi inocencia", recalcó en La Sexta. Incluso defendió el hecho de que fuera con gorro y guantes al lugar de los hechos, la ya archiconocida muralla cercana al Club de Natación de la capital foral.
Cervera se definió "en transición" en Twitter, una de sus herramientas favoritas y por la que se convirtió en político de moda dentro del PP, y colgó una fotografía de unos vaqueros con el comentario "inusual atuendo para un martes". Jornada de pleno y de reuniones parlamentarias que el navarro siguió ya desde la barrera. Y, afirma, no volverá al ruedo.