El Gobierno no sólo dice haber atendido el sonoro grito a favor de la unidad nacional que el jueves se escuchó en las dos principales capitales del país frente a quienes pretenden la separación, sino que además se ha comprometido ante ellos y ante todos a hacer prevalecer el marco constitucional y jurídico del que se ha dotado España.
A quienes alzan con orgullo la bandera nacional, y así lo hicieron de forma masiva coincidiendo con el cumpleaños de la hoy tan cuestionada Carta Magna, la vicepresidenta les mandó dos mensajes claros. El primero, que sus reclamaciones -la defensa de la España vertebrada y plural- no caen en saco roto y, por ello, "como Gobierno, nos corresponde estar muy atentos de las peticiones de los ciudadanos". Y de ahí que "atienda" sus demandas, y en consecuencia las estudie.
A renglón seguido, Soraya Sáenz de Santamaría vino a completar el círculo poniendo encima de la mesa el segundo de sus mensajes: "El Gobierno cumplirá y hará cumplir la Constitución" así como "la resolución de los tribunales", fueron sus palabras, cerrando en seco cualquier vía que los nacionalistas pudieran intentar para, por ejemplo, convocar un referéndum ilegal a favor de la independencia de Cataluña.
Sin reformas
Como hiciera en la víspera Mariano Rajoy, su número dos zanjó el debate sobre la posibilidad de reformar la Constitución poniendo en evidencia que no existe consenso entre las fuerzas del Congreso de los Diputados, amén de que las circunstancias -una grave crisis económica que aún azota a los ciudadanos- no debe distraer el tiro del Ejecutivo. En voz de Sáenz de Santamaría, "hay que elegir muy bien las prioridades y ganar en estabilidad".
La portavoz tiró del hilo para recordar que una modificación del texto de 1978, en supuestos como la sucesión de la Corona o la posibilidad de convocar una consulta en pro de la independencia, supone poner en marcha una reforma agravada; cuyo largo proceso, además del máximo consenso y de disolver las Cortes, obligaría a convocar elecciones generales. Y remató: "Con el dinero que cuestan las elecciones, no estamos para gastos excesivos",
Pero volviendo al espíritu del 6-D, en el Gobierno se llegaron a definir "agradecidos" porque los ciudadanos pusieran de manifiesto su patriotismo, además en una fecha tan señalada como el día de la Constitución. Claro que también reseñaron que el PP apoyó formalmente el acto cívico, si bien quisieron desligarlo de la política para destacar que "da alegría comprobar que hay gente que está dispuesta a trabajar para que España, su país, salga adelante".