Ignacio González tiene ante sí un reto formidable. No solo ante los ciudadanos madrileños, ante los que se compromete a seguir la senda liberal acuñada por Esperanza Aguirre, sino también de puertas para adentro, con un Mariano Rajoy que ha aceptado su designación pero aún no su candidatura en los comicios venideros. El elegido sufre "una sensación de vacío y de orfandad" tras 25 años junto a la líder regional, pero apuesta por acelerar lo máximo posible el periodo de interinidad para ponerse ya a trabajar, como ha declarado en Es la mañana de Federico de esRadio.
En el Consejo de Gobierno tendrá unos consejeros que le respaldan sin fisuras: "Por supuesto que estamos con Nacho. Es la continuidad de una política liberal y que cree en España", en voz de uno de ellos. Varios colegas de gabinete transmitieron a este diario su cierre de filas con González. Destacan que, desde hacía meses, era él quien lideraba en la práctica la actividad del Ejecutivo regional, quien despachaba con unos y otros. Aguirre le había dado de facto todo el poder y él lo había asumido. "Su palabra, en muchas ocasiones, iba a misa".
El futuro presidente de la Comunidad admite el "vértigo" que provoca recoger el testigo, pero se reafirma en que principios y proyecto político serán los mismos. Él conocía desde hacía unos días la decisión -tal y como avanzó Libertad Digital, el verano fue clave- y ya ha estado poniéndose al día, si es que lo necesitaba. "Aguirre es un referente que nos va a ayudar a todos, y a mí", declaró. Si utilizó un término por encima de otro fue el de "liberal", consciente del vacío que la jefa -así la llamaban los suyos- deja para ese espectro ideológico.
Evita la confrontación con Rajoy
González calculó muy bien sus palabras: "No me planteo nada más que una cosa: la presidencia en funciones". Y es que hoy no es el momento de posibles disputas de cara a las elecciones. Su relación con el presidente y con parte de la cúpula nacional no es buena y se abre ahora un periodo de mucha negociación. Pero algunas voces ya apuntan a que si se mantienen los índices electorales de Aguirre no habrá quien toque al delfín, pues la fórmula de Rajoy es evitar problemas y si algo funciona dejarlo como está.
En la reunión mantenida en Moncloa, el jefe del Gobierno y Aguirre acordaron que fuera González quien tomara las riendas. No es de extrañar: es quien mejor conoce el funcionamiento de la Puerta del Sol, corroboran los consejeros. Junto a él, Isabel Gallego, incombustible y brillante asesora política. "Lo único que está en mi cabeza es administrar esta situación siguiendo el proyecto del PP de Madrid, colaborar con el Gobierno central y su presidente, y volver a recuperar la prosperidad económica", resumió González.
Más aún, recalcó que no aspira a suplantar a Aguirre -"su sello, su identidad, solo le corresponden a ella"-, pero sí a tomar como suyos los criterios y principios "liberales", y que ya anunció que "hay que seguir aplicando". Y esto supone una política fiscal reducida para estimular la economía o capar la inversión extranjera, en un claro espaldarazo a Eurovegas. "Existe una senda de Gobierno muy consolidada y vamos a seguir con ella".
Los suyos lo respaldan. Y este es otro mensaje muy claro para Génova, donde ya esperan su discurso ante el próximo Comité Ejecutivo, en el que participa Rajoy. El presidente lo apartó de este órgano pero como gesto de reconciliación lo volvió a aceptar en el último Congreso Nacional, celebrado en Sevilla. Aguirre lo había exigido. El distanciamiento fue total cuando el episodio de Caja Madrid. Pero por el momento, pese a que algunos marianistas cizañean elevando otros nombres -el de Lucía Figar o Cristina Cifuentes, por ejemplo-, González tiene vía libre para actuar y trabajar.
No obstante ,el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha precisado este martes que todavía no se ha designado al que será el sucesor de Esperanza Aguirre al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid, ya que la elección del candidato que deberá votar la Asamblea autonómica corresponde "al partido en Madrid" junto con "la dirección nacional".