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Un paquete bomba mata a un coronel retirado del Ejército del Aire

El 1 de abril de 1992 fallece en la UVI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid AQUILINO JOAQUÍN VASCO ÁLVAREZ, coronel retirado del Ejército del Aire. Había resultado herido de gravedad al explotarle un paquete-bomba en su casa de la calle Clara de Rey, en Madrid, en torno a las ocho de la tarde del día anterior, martes 31 de marzo, poco después de que uno de sus hijos recogiese del buzón la correspondencia, entre la que se hallaba un paquete sellado por correos y remite de TVE-2 que simulaba ser una cinta de vídeo. Aunque al coronel y a su mujer les resultó sospechoso ese paquete, él decidió finalmente abrirlo en la terraza. Al hacerlo allí, la onda expansiva salió proyectada hacia el exterior, evitando más daños personales. Pese a eso, sufrió amputación de tres dedos de la mano derecha, además de quemaduras en la cara y lesiones en el ojo derecho, el cuello y el tórax.

Fue trasladado inmediatamente al Hospital Gregorio Marañón, donde lo intervinieron quirúrgicamente. Según el primer parte médico su vida, en principio, no corría peligro, pero los riesgos eran muy considerables, teniendo en cuenta la avanzada edad del paciente.

Al parecer el destinatario del paquete bomba era uno de sus hijos, el también coronel Joaquín Vasco, jefe de la base aérea de Gando, en Gran Canaria. Durante la guerra del Golfo había aparecido como experto en varios medios de comunicación. Quizá por eso los terroristas eligieron el formato vídeo para despistar al receptor, y el remite era de Televisión Española.

El atentado se produjo dos días después de una redada llevada a cabo en Francia que desarticuló la dirección de la cúpula etarra en Bidart (Francia), operación conjunta de la Guardia Civil y la Gendarmería francesa. La redada se saldó con la detención de Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito, José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, y José María Arregui Erostarbe, Fitipaldi.

Entre la documentación descubierta en Francia había direcciones de empresarios y militares contra los que se planeaba el envío de paquetes bomba. Sin embargo, según el delegado del Gobierno en Madrid, Segismundo Crespo, el paquete fue entregado en Correos tres días antes del domingo, el día de la redada contra la cúpula etarra, por lo que se descartó que se tratase de una venganza por la operación.

Joaquín Vasco Álvarez tenía 78 años cuando fue asesinado por ETA. Su funeral se celebró en la capilla del Hospital General del Aire el día 3 de abril, oficiado por el vicario general castrense, José Manuel Estepa. Posteriormente sus restos fueron inhumados en el panteón del Ejército del Aire del cementerio madrileño de La Almudena.

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