El bullicio mediático que ha levantado la afirmación de Mariano Rajoy de que "no hace falta redactar grandes documentos" para plasmar la voluntad de acuerdo contra ETA entre PSOE y PP remite directamente a la consideración de que ya existe ese compromiso escrito, aunque admita aportaciones, que conocemos como Pacto Antiterrorista.
Suscrito el año 2000 como Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo por parte del secretario general del PP, Javier Arenas, y del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aparte de por el presidente del Gobierno José María Aznar, dicho Pacto se tradujo, entre otros compromisos, en la redacción y aprobación de la Ley de Partidos, que contó con un respaldo parlamentario de más del 90% del Congreso.
No obstante, durante la pasada legislatura el presidente del Gobierno decidió arrumbar este Pacto por completo, con la aquiescencia de su vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, quien llegó a referirse al mismo como "ese papelito". Pues bien, también en el PP consideramos que no hace falta más que un papelito para certificar la voluntad expresa del Gobierno de la Nación de no entablar con ETA ningún tipo de negociación política.
La Ley de Partidos, que de hecho también es un documento escrito, sigue vigente aunque el Gobierno y sus delegados Patxi López y Rodolfo Ares la hayan vulnerado flagrantemente al reunirse con Batasuna en público, aparte de las múltiples reuniones y conversaciones mantenidas con delegados de ETA antes, durante y después de la firma del Pacto Antiterrorista por el actual presidente de los socialistas vascos, Jesús Eguiguren. Así que no hace falta redactar una nueva Ley para desalojar a ANV-Batasuna de los ayuntamientos vascos, de los que gobierna y de aquellos en los que participa legal e ilegalmente. Tan solo hace falta aplicar la Ley, y con urgencia.
Por eso tiene razón Mariano Rajoy al explicitar que el PP no necesita más documentos ni compromisos escritos, porque ya existen los que se han demostrado válidos y contundentes contra el Terror, a falta de que el Gobierno socialista decida verdaderamente contar con el principal partido de la oposición para la derrota de ETA, y no para cualquier otra cosa, que es lo que le demandan los nacionalistas al PSOE y de manera significada el PNV.
El compromiso por parte del Gobierno de que no negociará jamás con ETA y de que aplicará la Ley le basta al PP, pero le basta sólo si es verdad que el Gobierno no negociará jamás con ETA y si es verdad que está dispuesto a aplicar la Ley de Partidos y todos los recursos del Estado de Derecho contra los terroristas.
Pero durante la pasada legislatura, esto sólo fue cierto a veces, a medias, cuando no tarde y mal, de manera intermitente e incluso incoherente, aunque en el PP lo hemos aplaudido cuando se ha dado (la lucha antiterrorista) porque consideramos primordial la derrota de ETA, y no el hecho de apuntarnos el tanto de la desaparición del terrorismo en España.
En cualquier caso, lo que también parece cierto y lógico es que el PP sienta recelo por la actitud del Gobierno y de este PSOE, porque aunque ahora dé por derogada la resolución del diálogo con ETA aprobada en el Congreso, aún sigue vigente el Pacto escrito del Tinell, que desde luego resulta del todo incompatible con el Pacto Antiterrorista en su espíritu y en su letra.
Sobre todo resultan incompatibles si de lo que hablamos es de la exclusión de ANV-Batasuna y la derrota de ETA, que es lo que desean y comparten la mayoría de los españoles, y no de la exclusión de un partido democrático como es el PP, que representa a millones de españoles, y su expulsión de la vida política española.