La pesadilla se hizo realidad. Bildu no sólo gobierna en infinidad de ayuntamientos sino que además ha recibido también y en bandeja las Juntas Generales de Guipúzcoa y su Diputación. Ahora algunos se rasgan las vestiduras e indignados se preguntan ¿cómo ha sido esto posible? Pero si no han condenado a ETA... ¿Qué va a hacer el lehendakari ahora? Preguntas que no pueden distraernos de lo que han dicho y hecho unos y otros durante estos últimos dos años, sin ir más lejos.
El lehendakari no va a hacer nada excepto abrir "cauces de diálogo institucional con Bildu", según afirma la prensa local. Un lehendakari que les ha sacado la cara por activa y pasiva y que se calla de manera cobarde cuando el Gobierno socialista pacta con el PNV para mantener la sangría económica e institucional española, mientras aquí el PNV prefiere que gobierne Bildu a pactar con el PSE y por tanto no va a hacer nada en contra de ese gobierno totalitario que se ha asentado en Guipúzcoa. Basta con leer el discurso de la portavoz socialista Rafaela Romero ayer en las Juntas, un suma y sigue de los postulados de su marido, Jesús Eguiguren (que sigue como presidente de los socialistas vascos). Romero se destapa cuando le dice a Bildu "...no hemos llegado hasta aquí para volver a las andadas". Es decir, os hemos ayudado a llegar hasta aquí (entre Zapatero, Rubalcaba, Eguiguren y el silencio atronador del resto de los socialistas) y ahora os toca a vosotros mover ficha y no seguir haciendo lo de siempre. Por tanto, lo verdaderamente importante, más que preguntar a López, es saber qué va a hacer el PP vasco al respecto. ¿Va a seguir sosteniendo a este lehendakari?
Bildu no va a condenar a ETA ni ahora ni nunca porque está de acuerdo con su trayectoria y a la vista están los frutos cosechados por la estrategia terrorista: sin condenar han sido legalizados, sin condenar han asumido (con la inestimable ayuda del PNV) el gobierno de un centenar de ayuntamientos. ¿Para qué van a pedir la disolución de los que en la sombra mediante la coacción terrorista les afianzan en la consecución de sus objetivos? ETA está encantada porque de nuevo puede servirse de las instituciones para desarrollar su proyecto, ése por el que han asesinado durante décadas. A Bildu lo único que le interesa es que "todos salgamos ganando", según el nuevo diputado general Martín Garitano, y eso no es posible con 858 asesinados y miles de heridos a manos de ETA. Si la banda terrorista gana, nosotros, los demócratas, perdemos y más, mucho más, las víctimas del terrorismo. Así que exigirle a Garitano que pida el final de ETA es algo que tiene muy poco sentido. Es como pedir a un cardo que no pinche al cogerlo. Lo que no puede ser, no puede ser.
Y por si aún hiciera falta contestar al "¿cómo ha sido posible?" me limitaré a señalar que los etarras y sus cómplices lo han tenido fácil, puesto que no se ha parado de ningunear o insultar, e incluso de intentar silenciar al único político que ha venido advirtiéndonos de lo que estaba pasando y podía suceder: Jaime Mayor Oreja. Se le ha dejado solo predicando en el desierto porque no gustaba lo que decía, porque era mucho más fácil y daba menos "pereza" fijar el discurso en otros asuntos y consentir por una omisión calculada que la pesadilla se haya hecho realidad.
Mi pregunta es: ¿habrá alguien de los que así se comportaron que se pregunte ahora si Bildu estaría hoy en las instituciones de haber hecho caso a Mayor? ¿Se le va a reconocer de alguna manera su valentía y honorabilidad y saber hacer, o van a seguir los buenistas "amantes de la Paz" tratándole peor que a Otegui o a Rufino Etxeberria, tan implicado en todas las celebraciones de Bildu? Es imprescindible tener las ideas claras y reconocer a los personajes coherentes si aspiramos a recobrar, en un futuro que espero no muy lejano, un mínimo de confianza de los ciudadanos en una verdadera política antiterrorista que depare una paz auténtica con vencedores y vencidos. El resto, fingidas lamentaciones o teatrillo barato.