Este martes se presenta en Bilbao el libro de Alfonso Merlos, "Rendirse ante ETA", en el cual el periodista de la COPE ofrece un minucioso repaso de la infame política de negociación con ETA del Gobierno socialista y del PSOE, en definitiva, que en secreto ya mantenía contactos en el País Vasco con el entorno de la banda desde años antes. Es buena la ocasión para que salga a la luz, ahora que la memoria de corto recorrido del presidente del Gobierno parece querer resituar su "error" en un punto aislado de esta legislatura, cuando lo que edulcoró como "proceso de paz" ha sido todo su proyecto político de 2004 a 2008, aunque los cimientos del mismo se establecieran en 2001, y cuando no está claro que lo haya abandonado por completo.
Además, el presidente del Gobierno, en su balance de la legislatura, se atreve incluso a declarar que fue su Ejecutivo el que dio por concluido el "proceso de paz", no inmediatamente después del atentado de la T-4 sino meses después, cuando es público y notorio que fue la organización terrorista la que, después de que se hubiera levantado de la mesa el por entonces presidente del PNV, Josu Jon Imaz, decidió acabar con las negociaciones. En este punto los defensores de la "solución dialogada" del presidente del Gobierno afirmaron en su día que si el "proceso" acabó fue porque no se había realizado ninguna concesión política a ETA, pero lo que hay que destacar es que ahora, a dos meses de las Elecciones Generales, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero quiere convencernos de que fue el Gobierno quien decidió no seguir negociando, cuando realmente fue el último en levantarse de las mesas de negociación.
Y aunque se pretendiera hacer pasar esta nueva tergiversación de los hechos por otro "lapsus" del presidente, lo que no podemos olvidar es cómo los socialistas se callaron que ETA daba por finiquitado el "proceso de paz" hasta días después de las últimas Elecciones Municipales, prueba de que el Gobierno pagó el "precio político" de dejar a ANV-Batasuna presentar candidaturas, así como de que postergaron hacer público el anuncio de los terroristas para no perjudicar sus propios intereses electorales, estrechamente vinculados al éxito o fracaso del "proceso de paz". Todos estos datos, estos hechos y los intentos de ocultación y negación de los mismos han jalonado la política presuntamente antiterrorista del Gobierno, que más que un error ha consistido en una auténtica estrategia desplegada sin escrúpulos para dejar fuera del sistema al PP, el único partido en el Congreso contrario a negociar con terroristas. Y el libro de Alfonso Merlos da cabida a muchos de los que han denunciado esta situación, a través de un recorrido cronológico de la legislatura que sirve desde luego para llenar hasta rebosar todas las lagunas del actual presidente del Gobierno.
Por eso es tan importante este volumen de testimonios, y cada testimonio de aquí en adelante que haga memoria de lo que ha significado este Gobierno en materia antiterrorista: un auténtico obstáculo para acabar con ETA. En consecuencia, todos los que así lo vemos hemos de seguir denunciando con renovada insistencia de aquí al 9 de marzo, y aún después, la política sostenida por este Gobierno respecto a los terroristas, porque los españoles ya no podemos fiarnos de quien excarcela a criminales para encarcelarlos después, poniendo el Estado de Derecho al servicio de sus necesidades de imagen, ni de quien manipula las palabras para asignarles un significado distinto según la ocasión, trátese de "Paz" o de "Nación", ni de quien decía atenerse al Pacto Antiterrorista mientras negociaba simultáneamente con los terroristas.
Los españoles, sencillamente, ya no podremos fiarnos nunca más del presidente José Luis Rodríguez Zapatero.