Que un tirano expulse de su país a quienes critican su régimen parece lógico, aunque desde una perspectiva democrática nos parezca condenable. Lo que no parece tan lógico es que el Gobierno democrático al que pertenece el ciudadano expulsado le eche en cara a éste su conducta democrática mientras se deshace en disculpas hacia el tirano... a menos que se trate de un Gobierno como el de Rodríguez Zapatero.
Luis Herrero, político y periodista español, demócrata de palabra y obra, ha sido censurado por el Partido Socialista precisamente por sus críticas hacia la vocación totalitaria de Hugo Chávez, una de las amistades peligrosas que mantiene el "rojo" que tenemos como presidente, junto a los Castro, Evo o Correa, sin olvidarnos de Ahmadineyad ni de los terroristas palestinos.
Ya casi no resulta ni contradictoria esta actitud con la que demuestran los socialistas día a día en España, donde el acoso a la oposición, a cualquier tipo de oposición (PP, víctimas del terrorismo, padres objetores a EpC...), se ha convertido en un recurso fundamental del Gobierno para eludir la presión de la opinión pública ante la grave crisis económica y política que atraviesa la Nación.
Ello unido a la perversión institucional, al vaciamiento del Estado de Derecho y a las mentiras sistemáticas de sus ministros hacen del Gobierno socialista el mejor aliado europeo de las tiranías de medio mundo, como han podido comprobar en sus carnes los disidentes cubanos a los que el Partido Socialista ha hecho marginar en su lucha en el seno de la propia UE.
Todo lo contrario de lo que ha buscado Luis Herrero con su valiente denuncia del régimen venezolano, alineándose con las víctimas en vez de jalear a sus verdugos. Una denuncia muy útil para apoyar a los demócratas venezolanos, pero más si cabe para inspirarnos a los demócratas españoles. Porque a veces parecemos olvidar que defender la Democracia es defenderla frente a sus enemigos, y que esta defensa implica hablar en voz alta para concienciar a los ciudadanos de que su implicación es necesaria.
Que los totalitarios de ETA persigan a los demócratas vascos también es lo lógico, aunque nos rebelemos. Lo que nunca aceptaremos con normalidad es que el propio Gobierno Vasco nos eche en cara nuestra conducta mientras se dedica a lavarle la cara a los terroristas y sus cómplices.
Y es en este punto donde PNV y Partido Socialista se encuentran decisivamente: todo su amor por la Democracia se esfuma cuando tienen que defenderla frente a los totalitarios de ETA, Cuba o Venezuela... en vez de frente a los "fascistas" del PP.