El presidente del Gobierno dice ahora que "la recuperación ya se ha iniciado" y su ritmo "se va a acelerar". Yo haré alguna predicción algo más arriesgada: mañana según mis datos amanecerá, y seguro que o estará nublado o hará sol, una de las dos cosas. Y seremos un día más viejos, todos menos Rodríguez Zapatero, que será un día más vernal e impúber. Y llegará en algún trimestre del próximo año la primavera. Y se acelerará el ritmo de la primavera. "Y pensar que, el día en que yo me muera, aún surgirán mañanas luminosas...", según la conocida melancolía del desaparecer del conde de Foxá...
"La recuperación ya se ha iniciado y su ritmo se va a acelerar". Siempre que escucho a Rodríguez Zapatero hacer este anuncio con sabor a parte de fin de guerra advierto que viene repitiendo el monotema desde antes incluso de iniciarse la crisis. Cambien simplemente "recuperación" por "crecimiento", "ya se ha iniciado" por "continúa" y "su ritmo se va a acelerar" por "estamos mejor económicamente que en cualquier época anterior" y verán que el mundo pasa por diversas vicisitudes pero el presidente del Gobierno ha dicho siempre lo mismo, la misma "petera", hoy como ayer, mañana como hace dos años, y siempre falsariamente, no porque confía en que un día sea verdad, sino porque como buen progre desprecia abiertamente que la verdad le haga caso. Bien, pongamos que la verdad le hace algún año de estos caso al presidente del Gobierno, en sus anuncios económicos. Que, contra todo dato y pronóstico nacional, internacional e interestelar, la recuperación ya se ha iniciado, o se iniciará como digo un año de estos (cuando Zapatero ya haya repetido veinte veces más lo mismo de ahora, de trimestre en trimestre), que ni siquiera esto es demasiado seguro. Pongamos que es el final de esta película de terror, la crisis que arrastramos desde el 2007. ¿Entonces? Entonces es cuando en las buenas películas de terror se inicia de verdad la película de terror.
Sobre poco más o menos ha dicho eso el ex del BBVA Emilio Ybarra, "lo peor de la crisis en España está por venir". Lo peor de las crisis viene cuando un presidente con prisa por elevar sus resultados en las encuestas dice que han acabado. Lo peor de las peores (quiero decir, mejores) películas de terror viene cuando teóricamente se ha terminado la película. En casa, al apagar la luz, o en la propia película. Esto de España en estos momentos me recuerda concretamente al final (al teórico final) de "La noche de los muertos vivientes", la del 68, la de Romero. Si no lo recuerdan se lo cuento, y si lo recuerdan también. El hombre negro protagonista se defiende por todos los medios del acoso de un mundo poblado por zombies, encerrado en una casa de madera en medio de una pradera. Pasa la última noche como puede. Llega el final de la película. La tele dice que la población viva se ha recuperado, se ha organizado contra los zombis y los está matando disparándoles a la cabeza, es decir, reformando el mercado, y quemándolos en grandes pilas. Amanece. Se acaba, parece, la espeluznante crisis. Se acelera el ritmo del sol. Igualito que el anuncio de Zapatero, que no recuerda la película porque le gusta más "Bambi". El hombre negro asoma. El mundo se ha salvado. ¿Se ha salvado? Un paleto "redneck" con una escopeta confunde al hombre negro con un zombi, o bien confunde al hombre negro con un hombre negro. Dispara y lo mata. ¿cómo lo mata cuando la película ya había acabado bien, cuando la crisis había acabado bien? Podría ser peor: el hombre negro resucita como zombi y vuelta a empezar, que es lo que pasa ya en las películas de terror malas y en las crisis endémicas.
En su día se dijo que "la noche de los muertos vivientes" era una metáfora política. A mí me parece que, aplicada a España, es una metáfora económica. Lo más interesante de la película de la crisis viene ahora.