Yo, sargento mayor
"¡A ver, maricones!"... Así empezaba, si mal no recuerdo, y así se titulaba también, un artículo publicado en la campaña de las últimas elecciones generales que perdió Aznar frente a Felipe González, firmado por un entonces amigo, o en trance de dejar de serlo, del dueño de "la bodeguiya", el socialista José Luis Martín Prieto, hoy estomagado debelador contra la peste del progresismo (¡de qué modo será el progresismo una enfermedad terminal, a fuer de infantil, y por tanto senil, del izquierdismo, que este Martín Prieto se declaraba abiertamente "resentido social" hijo de un "joío cojo" republicano, que era aproximadamente lo contrario de un "caballero mutilado" cuando Franco!).
El viejo artículo, una pieza inolvidable publicada en el todavía no vegetal, pero sí comatoso "Diario 16" (destartalada patera con la que cañoneábamos también en Murcia lo que quedaba de los familiones autonómicos del socialista presidente Collado y el segundomundismo quietista y vagamente extremeño en que chapapoteaba la región), consistía en una explosiva retreta guardiacivilesca contra los asesores, siseñores y elorriagas, o como se llamasen entonces, que habían aconsejado a González presentarse en un debate de televisión maldormido, hinchado por la cortisona y sin haberse preparado nada, perdiendo de una forma inimaginable frente a un Aznar al que todavía se veía como el chico de la gomina de Fachadolid. Aquello fue una conmoción en el omnipotente felipismo, que de todas maneras ganó las elecciones, llevando a Jiménez Losantos a expresar lo de que era al menos la segunda vez que los españoles habían proferido lo de "vivan las caenas", tras lo del Rey Felón (que aclaro que no es una película de dibujos de Disney de casi el mismo título).
Pero, como bien supo ver Martín Prieto en su airado artículo del día siguiente a la madrugada de penas y quebrantos, fue el principio del fin del cortijo, justo el punto de inflexión, aunque todavía quedaran años para desalojarlo. Pues bien, me dan ganas de rescatar de entre ratones, xilófagos de hemeroteca y pececillos de plata, recortar y pegar el mismo artículo de Martín Prieto de hace quince años después del debate Solbes/Pizarro del otro día, y que empezara así, como digo: "¡A ver, maricones!". Porque yo no sé si le echaron algo en la bebida a Pizarro, como dicen unos, o el botellín de agua se lo llevaba puesto desde la cámara elorriaguesca de Génova, como dicen otros, o bien ni siquiera hubo debate porque lo pactado eran monólogos sucesivos, como dicen estotros, pero resulta inimaginable que tal y como está la economía española (como que yo saludé el inicio de año perdiendo un empleo, así para abrir boca) Solbes haya podido salir vivo porque de cien mil veces, cien mil esto no se debería haber producido. ¿Iba bien dormido el grandísimo Pizarro? ¿Llevaba cortisona en las venas, para aliviarle algún dolor, que le abotargaba y ponía los ojos más inseguros y "pirris" que los del ministro? ¿Le habían pasado previamente algún papel sobre cómo debía actuar si Solbes se resistía un poquito al descabello y se querenciaba en tablas? ¿Alguien acabó con las existencias de penthotal monosódico en la sede del Partido Popular, para que el ministro se relajara y contase por una vez la verdad? ¿Qué? ¡Que alguien explique este destrozo!¡Maricones! ¿De dónde sois, hijos? ¿De Alabama? ¡En Alabama sólo hay vacas, y yo no os veo los cuernos! ¡Y a pelar patatas a ver si despabiláis para lo de Zapo/Rajoy! ¡A Pizarro le laméis las botas hasta dejarlas como jodidos espejos, que no valéis para nada! ¡A alguien le tiene que caer un paquete!
Entre lo de Pizarro del otro día, parecía inoculado por el virus "maricomplejines" (como dice FJL), y el tema de los moderadores de los futuros debates; el PP da la impresión de querer perder las próximas elecciones. ¿Por qué tanta flojera en los dirigentes del PP? Hay que morder y dejarse de tantas pamplinas.
Personalmente creo que Pizarro no supo usar trucos televisivos de politico, uso mas su recursos negociadores que los propagandisticos. Por ejemplo, mirar con atencion al contrario mientras suelta su mitin. Y encima hacer señales de asentimiento. Esto en una discusion entre dos suele ayudar a dominar al otro, pero en TV, con un plano de ambos a la vez, da mala imagen.
Pero acaso creeis que estos debates convencen a alguien?Uno no vota por un debate, sino porque lleva 4 años que no se recupera del trance de tener un presidente felón, y bobo, pero bobo malo. Dejad de meteros con Pizarro, que a ser politico esta aprendiendo!, o no sera una estrategia?Sr. Abarca a usted le dara un patatús!. animese que vera como ganamos!, que hara el pobre Pepin? Tiemblen futuros abogados!
Das Boot, da usted en el clavo, le faltaron tablas televisivas; porque espero que no fuera la consigna del "arriola" de guardia en Génova, que parece estarc pensando siempre en "arria(r)la".
Pues yo no creo que le faltasen tablas. Un tío que se planta en el Parlamento catalán y pone a caer de un burro al hijo de Oriol Pujol, el sucesor, que desquicia a todo bicho viviente (Montilla aún no se ha recuperado), vamos, que no se corta un pelo pero corta dos orejas y rabo ante sus señorías (sólo es un simil, que se sepa no amputó miembro alguno), ese tío no puede hacer el memo como el otro día. Dejó escapar vivo al tuerto, buenas formas, todo muy laig, suavecito, arrioloso, total... mal. Si lo hubieran dejado a su aire o, simplemente, no le hubieran aconsejado a estas horas Solbes estaba vendiendo cupones en la Puerta del Sol y zETAp rezando el rosario, por lo que pudiera pasar mañana lunes. En fin, ojalá mañana Mariano se comporte como lo que es y no como lo que parece.
Querido José Antonio. No te preocupes. Lo que diga Rajoy o cómo lo diga no va a tener la menor importancia. Si consideramos “debate” lo que nos pusieron el jueves por la noche en televisión, entonces los progres han ganado otra batalla del lenguaje. Y van... Da lo mismo como se comporte Mariano. Lo importante no es el “debate” sino la encuesta inmediata de la cadena. Una discusión entre dos políticos en campaña electoral con este formato de monólogos encadenados, como lo de Solbes y Pizarro, a lo más que puede llegar es a un episodio del “Club de la parodia”, presentado por Pipino Blanco. Por lo tanto, nadie ganó ni perdió. Gana o pierde el que tiene suficiente poder para proclamarlo. El análisis de lo que dijeron uno y otro nos mostró un Pizarro con un fondo intelectual mucho más rico, unos recursos que hubieran aflorado si aquello hubiera sido algo más que un intercambio de pólizas por dos funcionarios. Pero Pizarro es todo menos un funcionario y Solbes es sólo un funcionario. Estaba en su salsa. Los recursos que utilizó son los de un político que ha aprendido todo lo que sabe en las tertulias domingueras de Bruselas. ¡Qué aje! Pizarro perdió el “debate” porque Matías Prats después del “debate” dijo que Pizarro había perdido el “debate”. No se me hace muy difícil imaginar que las palabras del presentador sentaron a los votantes del PP igual, salvando las distancias, que cuando se enteraron que su partido había perdido las elecciones generales del 2004. De ahí el bajón y los reproches mañaneros del día siguiente. Si no hay encuesta tras el “debate”, la percepción del mismo hubiera sido diferente. ¿Estáis de acuerdo conmigo, compañeros? P. D. Pido a alguien, con mayor imaginación que yo, busque una palabra que defina justamente esta forma de “debate”. No debemos tragarnos todo lo que nos echan. Hay que contraatacar.