Me cuenta un alto cargo del PP murciano asistente a la tenida, merendola, fiesta de mano (como llama Borat, ese personaje antológico del cómico inglés Sacha Baron Cohen, a la masturbación) o lo que hay sido eso tan simpático del PP en Cataluña: "Llegué a la convención y pedí el programa político del día. No sabían nada de eso, y a cambio me dieron un papelito donde aconsejaba comprar butifarra y otros ricos productos catalanes y otro donde ponía "Alicia 2010". Así está la cosa ideológica en mi partido". Pero no, la cosa no es que esté así, sino que ya estaba así en su partido hace mucho. La secretaria general del PP Cospedal trata de hacernos creer que antes del 2004 no había nada, como antes del Big Bang, y que el mundo se hizo en siete tardes con Mariano, pero los últimos congresos, piscolabis, quedadas o lo que fuera aquello del PP con Aznar se parecían ya mucho a lo que hace ahora Mariano para no hablar de principios y valores. Porque Mariano, para no hablar de principios, nos deja tranquilos desde el principio: "los valores no están sujetos ni a retoques ni a revisiones". Hasta tal punto no están sujetos a retoques ni a revisiones, ni a conversaciones, que ni se permite nombrar en qué pueden consistir esos principios. A lo mejor alguien se tendría que tomar el trabajo de encontrarlos. Si no hay que revisarlos, para qué pensarlos. Como digo, esto tampoco lo ha inventado el PP de Mariano. A Aznar le fue bien con eso.
¿O ya no nos acordamos de aquellos exitosos y megaferolíticos congresos de Aznar donde la aportación más mensurable al acervo liberalconservador europeo eran las raquetas de pádel con el anagrama de la gaviota que vendían en los tenderetes colocados al efecto para que, ya que no se podía hablar de valores porque éstos estaban a lo que tocara, la gente echara la tarde jugando a algo, como los ingleses inventaron el cricket para llenar las aburridísimas sobremesas hasta la hora del té a base de lo más aburrido que encontraron? ¿Consistían aquellas escenificaciones del PP aznarista de penúltima hora, que tenían más que ver con un bautizo tumultuario (con piscina) de Testigos de Jehovah o con una convención de jabones "amway" que con algo político, en mucho más que aplaudir a principios y valores que tampoco se revisaban ni se discutían porque entonces alguien habría tenido que saber cuáles eran exactamente? Yo en el PP he oído hablar mucho últimamente de "sostenibilidad", de "ir hacia la sociedad del conocimiento", de "educar en ciudadanía" y de todo aquello de lo que se podría oír hablar en el PSOE, y por contra he escuchado hablar muy poco de libre iniciativa, de privatizar, de energía nuclear, de poner coto a la cultura funcionarial o al poder sindical, valores que se supone que en efecto no había que retocar ni revisar porque estaban en la mismidad del PP. Pero el asunto es: ¿aún están? Por si acaso, no hay que revisar.