Menos empezar a arrancar orejas a mordiscos, cortar a navaja lengua y nariz, sacar ojos y poner testículos en boca, como se hizo en el 36 con el párroco de la iglesia donde por cierto fui bautizado, no sé me ocurre en qué más pueden tensionar la campaña electoral los socialistas que no lo hayan hecho ya en Murcia, ni en qué más pueden dramatizar estratégicamente en Murcia, según lo que le aseguró El De Las Cejas al palanganero, en la tele, otro día. Para drama electoral de los buenos, de los que dan votos, aquello del cura, y no seré yo quien calumnie a los socialistas diciendo que han desechado ciertos métodos, si las encuestas se les ponen tiquismiquis y demasiado garantistas para el PP a última hora.
Casi todo lo demás, salvo reeditar los linchamientos físicos, lo han hecho ya los socialistas en Murcia. En la oposición por supuesto, pero también en el Gobierno, pues debe ser la única comunidad autónoma del mundo mundial, tras la Palestina de Arafat, a quien la halitosis le olía al azufre de la pólvora, donde uno que llegó a presidente regional del PSOE había querido anegar años antes a la población de su tierra poniendo una bomba en el dique de contención de un pantano. De pretender ahogarlos a gobernarlos, que si bien se mira quizás sea la misma cosa.
Con el PSOE murciano en la oposición, insisto en que casi todo ya lo hemos visto. Portadas de El País dedicadas a humillar bajo un capirote y encerrar en un cepo las manos y cuello de profesionales liberales inocentes que se ganan la vida de la buena imagen pública. Dedos acusadores contra empresas concretas que se caracterizan precisamente por negarse a "engrasar" concejales (tal vez precisamente por esa osadía). Retratos al aguafuerte de los murcianos como vampiros del agua, que roban a los pobres "calçots" y las pobres anguilas del delta del Ebro lo que reparten entre ricos hacendados que no necesitan el agua porque sólo beben whisky. Insultos públicos a la murcianía argumentando que si no les votan es porque somos todos corruptos. Envío de tropas especiales a territorio comanche: Bermejo, el coronel Hernando, lo más selecto de la informática de la Guardia Civil, delegados del Gobierno tránsfugas, fiscales y jueces indistinguibles de antiguos "secretas"...
Y aún nos dice El De Las Cejas que lo mejor está por venir. Que para tensión y drama del fino, lo que vamos a ver en próximas semanas. Yo de los curas me quedaría todas las tardes donde no les vayan a buscar tomando chocolate con picatostes.