A Rajoy, desde la última vez que lo vi, se le ha atenorado la voz, ha adquirido empaque de criador de reses bravas de sexta generación y se ha recortado la barba (que sin embargo no es aparentemente más cana que cuando perdió las anteriores elecciones generales), porque recuerdo que decía un estudio fisiognómico publicado en El Mundo que mantenía que Rajoy tenía cara de dejadez. Si todo un señor registrador de la propiedad que se ha dejado el culo apaisado de empollar es dejado, ¿qué puede ser entonces un vulgar "lisensiado" de la facultad chiringuito de Derecho en León que no ha pegado sello en su vida? Rajoy está ahora en plena forma. Ya no dice "kolossal" a todo, pero ha aprendido a gritar en los mítines, que sabe que eso no se hace con la garganta, sino con el estómago.
Rajoy mandó callar. "Recordadme que os cuente lo de Gabilondo". Por fin se lo recordó una señora que, allá en las pajareras, llevaba un cartel que ponía "Mariano, dales tensión". "Eso me recuerda lo de Gabilondo". Y contó lo de Gabilondo. Un par de votantes potenciales del PSOE pero que resulta que votan al PP (y que desde luego no tenían nada que ver con esa "sedición con abrigo de visión" que pinta Pepiño Blanco para describir al PP) me daban golpetazos en la colleja, al más puro estilo llano del sureste: "qué huevos tienen estos gallegos, no hay gallego que no tenga huevos". Si lo sabrían ellos, que antes había salido la alcaldesa de Cartagena, también gallega y de apellido Barreiro, y les había recordado lo del coche oficial del almirante Carrero y a la primera esposa de Jesús de Polanco.
-¡Barreiro! Como aquellos motores del año cuarenta, qué huevos tiene la tía, a esta no la mata el marido, no...
-Pero, ¿no se había separado él de ella?
-Si ya te digo, que lo habría "matao" ella a él y el tío no tuvo huevos de quedarse...
¿Es eso o no es esto el "dales caña, Arfonzo" del PP? Porque el PP no es lo del "speakers corner" para señoritos de la calle serrano instalado junto al escaparate de Loewe, junto a la bandera de Colón, sino, sobre todo, esto, puro pueblo provinciano, pura vida, que diría un costarricense. Esta gente admira profundamente a Rajoy, que de estirado nunca ha tenido nada, otra vez contra la propaganda oficial. Y sin tener Rajoy que ver con la acreditada casa de motores "Barreiros" ni Cristo que lo fundó, lo cual tiene más mérito, si cabe.