Los trasvases hídricos eran "faraónicos", en definición del actual poder central en España. Más concretamente: eran realizaciones (o proyectos, en el caso del Gobierno Aznar) desfasados, nada sostenibles, faraónicos y, cómo no, qué boda sin la tía Juana, franquistas. Lo faraónico era un invento, otro, del franquismo, porque para los progresistas el franquismo explica todo lo que ha ocurrido en el universo desde hace miles de años y todo lo que va a ocurrir en otros tantos. El franquismo siempre ha estado ahí, igual que Maruja Torres mantenía hace años, durante una muy tensa cena con servidor, que el columnista Jaime Campmany, por entonces infamado por "El País" a cuenta del "caso Liaño", había fusilado rojos en la Guerra, a pesar de que por entonces apenas podía sostener la cuchara de sus papillas, porque los franquistas para ella no tenían ni principio ni final, así que las fechas biográficas y los hechos históricos no sirven con ellos, porque son así de malos. Al final de la cena yo también había fusilado rojos en la guerra, con sus correspondientes mujeres y niños. ¡El franquismo, esa ameba espaciotemporal que todo lo comprende porque todo lo engulle!
Llevar agua desde un sitio donde hay a otro donde no hay era "faraónico", propio de dictaduras donde emplean a los represaliados como argamasa para autopistas. Pero ha sido poner a buen recaudo los votos que el PSOE puede obtener y obtiene de los nacionalismos radicales y que los faraones puedan ya entrar con la "efe" mayúscula en el "hall of fame" progresista, con todos los honores. El PSOE habla ahora sin lavarse la boca con lejía de trasvasar agua (o sea, no "aportes puntuales de agua", sino auténticamente trasvasar) entre el tramo del Tajo que pasa por Extremadura y la cuenca mediterránea, porque han llegado a la conclusión de la que partieron hace muchos años: las desaladoras no sirven.
Si no querías agua, toma dos faraones. El PSOE dice que va a recorrer toda España en horizontal con una raya de cemento (no sabemos si con represaliados dentro) porque ahora el antiguo egipto ha salido de la influencia perniciosa del franquismo. No se le va a hacer ascos a Amenofis IV o a Tutankhamon si se hacen manitas con Hugo Chávez. ¡Si hasta Zapatero se quiere eternizar, con niñas y todo, en la mastaba de Moncloa, acompañado de los sumos sacerdotes del culto al doctor Montes!