Los calentólogos nos leen los posos del té para este verano
Desde que el progresismo se ha entregado a debilidades típicas de los que se encuentran angustiados por la muerte como la ufología, la transmigración, la metempsicosis, las salidas socialdemócratas a la crisis y el poder curativo de las piedras, esto se ha puesto imposible. Han entendido mal a Pascal, cuando escribía aquello de "sin poderlo remediar, el espíritu del hombre se eleva". Tampoco hay que exagerar, en la elevación. El progresismo ha decidido que, no teniendo explicaciones adultas o soluciones lógicas para cualquier cosa que pise suelo, como el país, por ejemplo, no teniendo una explicación para el mundo real, aquí y ahora, es cuestión de tratar del poder del pensamiento positivo y otros reportajes sobre la cuarta dimensión. Para ello no dudan en involucrar en esta "new age" a todo el mundo. Hasta a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), ese órgano para tratar de probar (quién sabe si también producir) el cambio climático por lo civil o lo militar, instancia que se dedica ahora a echar las cartas a la ciudadanía, contando con una sección periódica de predicciones a largo plazo en los diarios, sección que debiera figurar, siempre, en la página del horóscopo. Sin embargo, lo hace en la de "Ciencia".
Leo precisamente bajo tan circunspecta sección, en "El mundo", una nueva lectura de los posos climáticos del té, con la futurología acostumbrada de "se avecina un tórrido verano" (si no es así al final da igual, porque el verano lo aguanta todo) y tratando de luchar contra la evidencia de que este Junio ha sido el más fresco y lluvioso que uno recuerda, lo que no es exactamente calentamiento global, pero al mismo tiempo sin poder negar con claridad lo que la gente puede comprobar por sí misma. El resultado es cuando menos atormentado: "La primavera de este año, que ha sido 0'6 grados más caliente de {sic} la media histórica, es la segunda más fresca del siglo XXI, sólo más cálida que la primavera de 2004". ¿Han dicho? Léanlo al menos cincuenta veces. Hasta el momento la Iglesia de la Calentología de los Últimos Días se conformaba con falsear, en las universidades y en los periódicos, las estadísticas, los cuadros sinópticos y, en fin, los datos, los hechos. Poca cosa. Se ha producido un salto cualitativo, desesperado: ahora falsean también la comprensión del idioma castellano.
Leo precisamente bajo tan circunspecta sección, en "El mundo", una nueva lectura de los posos climáticos del té, con la futurología acostumbrada de "se avecina un tórrido verano" (si no es así al final da igual, porque el verano lo aguanta todo) y tratando de luchar contra la evidencia de que este Junio ha sido el más fresco y lluvioso que uno recuerda, lo que no es exactamente calentamiento global, pero al mismo tiempo sin poder negar con claridad lo que la gente puede comprobar por sí misma. El resultado es cuando menos atormentado: "La primavera de este año, que ha sido 0'6 grados más caliente de {sic} la media histórica, es la segunda más fresca del siglo XXI, sólo más cálida que la primavera de 2004". ¿Han dicho? Léanlo al menos cincuenta veces. Hasta el momento la Iglesia de la Calentología de los Últimos Días se conformaba con falsear, en las universidades y en los periódicos, las estadísticas, los cuadros sinópticos y, en fin, los datos, los hechos. Poca cosa. Se ha producido un salto cualitativo, desesperado: ahora falsean también la comprensión del idioma castellano.
Ja, ja, ja. Yo también lo leí varias veces porque no me lo podía creer. Literalmente, dice que este invierno ha sido más lluvioso pero también, que no se ha demostrado ese incremento de las lluvias... ...de frenopático, oiga.
Es cierto: Pese a que estamos teniendo un mes de junio la mar de fresco y lluvioso (por cierto, una auténtica bendición para nuestra Región de Murcia), no han tardado los 'algoreros', 'ecolojetas' y demás altavoces del catastrofismo verdoso en anunciarnos la terrible inminencia: Hará mucho calor... este verano. Y yo que pensaba comprarme una rebeca para estrenarla en julio... http://apuntesenlibertad.blogspot.com/
Lo que se hace ahora no es información meteorológica,sino sensacionalismo meteorológico. Como ahora hay información instantánea de cualquier lugar, siempre hay un vídeo sobre una lluvia torrencial, un nevada a destiempo, etc. El problema es que se falsea la realidad cuando se dice que hará un año "anormal" porque la temperatura será un grado superior o inferior a la media. La media aritmética surge de la suma de varios años, unos por encima y otros por debajo de la media. Pero eso no es anormal. Del mismo modo que si en un país la altura media es de 1,75 metros, si alguien mide 3 cm por encima o por debajo de la media, nadie dice que es "anormalmente alto o bajo". En fin, que todos los comentarios se destinan a destacar lo excesivo o excepcional, y si no es excepcional, se informa de ello como si lo fuera.
Hace un par de años, en una tele, entrevistaron a un exégeta del clima (en realidad sólo hablaba del calencario zaragozano, no es broma) y el buen hombre predijo que en Murcia, del uno de junio al 15 de agosto, iba a hacer mucho calor. Lo que diferencia a éste de los aemeteos es que él lo dice de buena fe, para ganarse el pan, y los otros lo dicen para contentar a quienes le pagan a fin de mes. Por cierto, ayer estuve en Las Higuericas, que por más que quieran siguen siendo de Murcia y de Madrid, y el agua estaba para enfriar una sandía, oiga. Que si te urge desbeber no encuentras el órgano necesario para ello.
Solo con tener en cuenta que los padres putativos de la Iglesia de la Calentología de los Últimos Días, los caraduras y demostrados mentirosos de la East Anglia, son los mismos que en los años 70 nos metían miedo con que venía una terrible glaciación que nos íbamos a quedar como los filetes Pescanova, ya pueden imaginar la seriedad de los asertos y sus fundamentos científicos. Lo que ocurre es que el clima siempre ha estado cambiando de forma natural sin que la Humanidad interviniese para nada. Pero lo hace de una forma tan lenta, que para la próxima glaciación aún nos faltan unos 22.000 años y para entonces estaremos todos un poco calvos. El verdadero cambio climático es inexorable pero muy lento, tanto que durante toda la vida de una persona, será prácticamente imperceptible. Se explica con unos conocimientos básicos de astronomía y el Hombre no puede hacer nada para cambiarlo. Absolutamente nada, pues para poder alterar el curso natural de la evolución del clima, se debería modificar la inclinación del eje de rotación de la Tierra y detener su periodo de oscilación, además de alterar la excentricidad de la elipse orbital. Pero ya desde la más remota antigüedad se conoce el truco de meter miedo a la gente aprovechando un fenómeno natural para inculcar un sentimiento de culpa en los feligreses y ofrecerles la salvación a cambio de ofrendas para calmar la ira de los dioses, aumentando de paso, la riqueza de los sumos sacerdotes. Y éstos aprovechados de la Calentología no iban a desperdiciar tan suculenta ocasión de fundar parroquia y hacer caja, pues como dijo Chesterton, lo malo no es que la gente haya dejado de creer en Dios, sino que ahora están dispuestos a creer en cualquier tontería.
Oye, qué simpática la cabra de la cabecera. Se ve que quería salir en la foto a toda costa para enseñarnos su ortodoncia progresista.