Lo que no ha trascendido de la frustrada fusión CAM-Cajamurcia
Estaba de acuerdo Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana. Estaba de acuerdo Ramón Luis Valcárcel, presidente de la Comunidad Murciana. Estaba de acuerdo Modesto Crespo, presidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Estaba de acuerdo Carlos Egea, presidente ejecutivo de Cajamurcia. Me refiero a la fusión, unificación, anexión o, si quieren, absorción recíproca de las dos cajas levantinas, una inmersa en una situación económica cuando menos preocupante (CAM) por la que dicen "excesiva exposición al ladrillo tóxico" -en realidad, eso sólo es parte de la verdad-, y otra saneada, aunque operando curiosamente sobre el mismo lugar donde se ha dicho que había un "modelo económico insostenible" (será entonces que lo insostenible es determinado modelo de gestión financiera en las cajas, y no el otro).
En cuanto a la operación CAM-Cajamurcia, "es el movimiento natural que hay que hacer y en su territorio natural, no hay que intentar ninguna cosa rara para que las dos cajas sean una sola", nos decía hace meses un alto cargo de la CAM, absolutamente partidario de la aglomeración, hermanamiento, singularización o como quieran llamarle a eso que intentaban CAM con Cajamurcia (y digo "como quieran llamarle a eso" porque he observado que los financieros se amoscan y tuercen el morro cuando les hablan de "fusión": por alguna razón que se me escapa no les gusta el término, y prefieren buscar otros). Todo estaba prácticamente a la firma, y el Banco de España no hubiese puesto dificultades sino todo lo contrario, está deseando recibir noticias como ésta. Pero en el último momento ocurrió algo que deja bien a las claras, me dicen "la debilidad de Camps en estos momentos, debido a las particulares circunstancias por las que atraviesa". Su consejero Gerardo Camps vino a enmendarle la plana al su propio presidente, argumentando algo así como que "estáis locos, cómo vais a dejar la caja en manos de los murcianos". Ya estamos con el complejo de superioridad vecinal, que no aminora el hecho de ser una clase política regional bajo vigilancia.
Se había superado el obstáculo mayor: dilucidar dónde iba a estar el centro físico, territorial, de la futura gran caja levantina, que creaba una infinitud de recelos desde el principio. También un alto cargo de la CAM nos lo adelantaba hace meses, cuando apenas si se había producido el primer intento de unir las dos cajas: "nada que no se pueda arreglar a contento de todos. Hay dos órganos máximos en la caja, la sede social y la Asamblea. Pues en un sitio una y en otro la otra". Efectivamente, así iba a ser. Se había decidido también, y aceptado por todos, que el modelo de gestión iba a ser el de Cajamurcia, ya que, trabajando sobre el mismo cuerpo social y en el mismo sitio, había que descubrir por qué una caja iba bien y la otra no. Por tanto, el modelo de gestión iba a ser el de Cajamurcia porque ha demostrado que es el que, con la que está cayendo, funciona.
Pero vinieron los celos de últimísima hora: el que el presidente ejecutivo de Cajamurcia, alguien que tiene una idea muy precisa de lo que se lleva entre manos, fuera a tener el mando durante los primeros años de turno rotatorio y, previsiblemente, no se iba a dejar mangonear alarmó al vicepresidente segundo y consejero de Economía y Hacienda de Camps, Gerardo Camps. Curioso, que un vicepresidente se sintiera alarmado y su señor presidente, no. A no ser que estuviesen conchabados, ya saben, "poli bueno" y "poli malo". Desde Murcia, en cualquier caso, se echa la culpa al vice y consejero del fracaso de la operación. "Pero qué caja es esa", se ha llegado a decir", "en que un subalterno enmienda la plana a las intenciones de un presidente y sin hacer caso de los criterios técnicos de la Caja, qué poca seriedad".
Porque no fueron precisamente los expertos de las cajas, los técnicos, los que, contra lo que se dijo, iban a llevar la voz cantante. Fue, una vez más, un critero puramente político, y más allá de político, taifesco, de casta cerrada y bloqueada, el que se impuso sobre el interés económico general, o lo que es lo mismo, de la ciudadanía. Ya se ve que por Valencia no se han enterado de la delicada situación financiera en la que se encuentra el país, ya que, está comprobado, tampoco se han enterado de en qué situación pone a la Oposición española su presidente autonómico.
En cuanto a la operación CAM-Cajamurcia, "es el movimiento natural que hay que hacer y en su territorio natural, no hay que intentar ninguna cosa rara para que las dos cajas sean una sola", nos decía hace meses un alto cargo de la CAM, absolutamente partidario de la aglomeración, hermanamiento, singularización o como quieran llamarle a eso que intentaban CAM con Cajamurcia (y digo "como quieran llamarle a eso" porque he observado que los financieros se amoscan y tuercen el morro cuando les hablan de "fusión": por alguna razón que se me escapa no les gusta el término, y prefieren buscar otros). Todo estaba prácticamente a la firma, y el Banco de España no hubiese puesto dificultades sino todo lo contrario, está deseando recibir noticias como ésta. Pero en el último momento ocurrió algo que deja bien a las claras, me dicen "la debilidad de Camps en estos momentos, debido a las particulares circunstancias por las que atraviesa". Su consejero Gerardo Camps vino a enmendarle la plana al su propio presidente, argumentando algo así como que "estáis locos, cómo vais a dejar la caja en manos de los murcianos". Ya estamos con el complejo de superioridad vecinal, que no aminora el hecho de ser una clase política regional bajo vigilancia.
Se había superado el obstáculo mayor: dilucidar dónde iba a estar el centro físico, territorial, de la futura gran caja levantina, que creaba una infinitud de recelos desde el principio. También un alto cargo de la CAM nos lo adelantaba hace meses, cuando apenas si se había producido el primer intento de unir las dos cajas: "nada que no se pueda arreglar a contento de todos. Hay dos órganos máximos en la caja, la sede social y la Asamblea. Pues en un sitio una y en otro la otra". Efectivamente, así iba a ser. Se había decidido también, y aceptado por todos, que el modelo de gestión iba a ser el de Cajamurcia, ya que, trabajando sobre el mismo cuerpo social y en el mismo sitio, había que descubrir por qué una caja iba bien y la otra no. Por tanto, el modelo de gestión iba a ser el de Cajamurcia porque ha demostrado que es el que, con la que está cayendo, funciona.
Pero vinieron los celos de últimísima hora: el que el presidente ejecutivo de Cajamurcia, alguien que tiene una idea muy precisa de lo que se lleva entre manos, fuera a tener el mando durante los primeros años de turno rotatorio y, previsiblemente, no se iba a dejar mangonear alarmó al vicepresidente segundo y consejero de Economía y Hacienda de Camps, Gerardo Camps. Curioso, que un vicepresidente se sintiera alarmado y su señor presidente, no. A no ser que estuviesen conchabados, ya saben, "poli bueno" y "poli malo". Desde Murcia, en cualquier caso, se echa la culpa al vice y consejero del fracaso de la operación. "Pero qué caja es esa", se ha llegado a decir", "en que un subalterno enmienda la plana a las intenciones de un presidente y sin hacer caso de los criterios técnicos de la Caja, qué poca seriedad".
Porque no fueron precisamente los expertos de las cajas, los técnicos, los que, contra lo que se dijo, iban a llevar la voz cantante. Fue, una vez más, un critero puramente político, y más allá de político, taifesco, de casta cerrada y bloqueada, el que se impuso sobre el interés económico general, o lo que es lo mismo, de la ciudadanía. Ya se ve que por Valencia no se han enterado de la delicada situación financiera en la que se encuentra el país, ya que, está comprobado, tampoco se han enterado de en qué situación pone a la Oposición española su presidente autonómico.
El "interés económico general", señor Martínez Abarca, es que se acuerde su liquidación y con el efectivo resultante, si lo hubiese, que se lo gaste Valcárcel con su sobrino en cuadros, asesorados por el senador Hurtado.
Discrepo bastante de su opinión aquí expresada, sobre todo en cuanto a la situación financiera de la CAM, que es muchísimo mejor de lo que Vd. apunta, y se lo digo desde el conocimiento. Alguien ha soltado hace unos meses "la noticia" de esa situación delicada de la CAM, que no es cierta. Lease Vd. los resultados de ambas cajas el pasado año 2009 y no se deje influenciar por "lo que le digan". Pero, sea como fuere, me alegro muchísimo de que no se lleve a cabo dicha fusión (que sería absorción de la CAM a Cajamurcia, pues CAM es 4 veces superior a Cajamurcia), ya que ambas entidades están muy arraigadas en Murcia, tienen sucursal en todas las localidades, y el coste laboral sería tremendo, habría cierre de oficinas y despidos masivos. Si, despidos, que eso no se arreglaría con prejubilaciones, pues estimo que "sobrarían" sobre 1.500 empleados, una inmensa sangría laboral y aumento del paro. Con la que está cayendo. Me alegro, pues de que no se lleve a cabo la fusión, por éste motivo esencialmente. Desde mucho antes de Cajamurcia, la CAM y Cajamadrid están en conversaciones, que nunca han sido interrumpidas. Esa si que sería una buena fusión, una gran Caja (quizá la primera del país, o casi), sin coste laboral alguno (la presencia de Cajamadrid en Murcia es casi testimonial) y beneficiosa para todos, a mi modo de ver.
Desde las famosas cuentas del quinquenio loco de Banesto (1988-1993) no me he vuelto a fiar nunca de las cuentas oficiales de una entidad bancaria. Mucha autocartera, con traslado de deuda a sociedades instrumentales y demás ingeniería financiera alteran los balances de tal modo que no hay quien sepa qué es lo que está pasando. Me alegro de que Impeter tenga todos sus ahorros en la CAM. Seguro que tendrá una jubilación feliz. No tendrá un momento de aburrimiento.
Coincido con el amigo jaime_ba en lo de la manipulación de las cuentas oficiales de una entidad bancaria (y otras sociedades). Han de verse los resultados de varios años consecutivos, y saber interpretar esas cuentas (balances, pérdidas y ganancias, valoración de activos y pasivos, etc.) para poder saber lo que anda bien o mal. Y entre bomberos no se pisan la manguera, quiero decir, que nadie denuncia la manipulación de las cuentas (si la hubiere) del otro, por si él tambien tuviere que hacer lo mismo. Y si, soy cliente de CAM y también de Cajamurcia, en ambos sitios tengo ahorros y préstamos. Y dicho todo ésto, me ratifico en mi comentario anterior, añadiendo que igual me parecería muy mal una fusión Bancaja-CAM (de la que tambien se viene hablando largo tiempo), porque entonces el coste laboral sería para la provincia de Alicante, donde se da la misma duplicidad de sucursales que en el caso CAM-Cajamurcia. Estas fusiones, por el costo laboral que tienen (y todas sus consecuencias), han de evitarse, tengamos los pies en el suelo y la cabeza encima de los hombros. Tampoco me parecería mal una fusión Cajamadrid-Cajamurcia, pero Cajamadrid busca una entidad de mayor dimensión que Cajamurcia. Un saludo a todos.
El problema que se le presenta ahora a CAM no es pequeño. Acuciada por el BdE para fusionarse y salir de la calamitosa situación a la que le han llevado sus gestores se ha visto despreciada tanto por CajaMadrid por razones, en palabras de su presidente Rodrigo Rato, de “rentabilidad” (cómo debe de estar de mal) y por CajaMurcia porque, encima de ser una novia pobre y arruinada quería seguir mandando, liderando dicen ellos.- CajaMurcia será una entidad pequeña, pero es una de las más solventes del pais lo que dice mucho y bueno de sus gestores, todo lo contrario de CAM, y, a mi juicio, debería seguir sola, no necesita a nadie.- Son muchos los datos, los detalles, aparecidos en los medios económicos últimamente que nos llevan a pensar que CAM está gravemente tocada, herida de muerte.- A ver quien carga ahora con el “muerto”, voluntariamente, nadie.
Repito lo dicho: Lean ustedes los resultados de ambas cajas y luego saquen conclusiones. Yo lo he hecho, pues mi profesion me permite hacer ese tipo de lecturas. En cuanto a los diarios económicos, los suelo leer casi todos y, siendo cierto que alguno ha cargado las tintas sin decir porqué, otros han alabado sus resultados, dentro de la crisis que padecemos y el retroceso genérico de todas las entidades bancarias y cajas. Con respecto a la opinión de Rato, les adjunto un enlace que deja clara su opinión. En el artículo lean preferentemente el cuarto párrafo. http://www.capitalmadrid.info/2010/5/11/0000015860/rodrigo_rato_mete_prisa_a_sus_directivos_para_que_caja_madrid_aborde_fusiones.html Buenas noches.