Escribe el periodista más mentado, para mal, de España: "He intentado clasificar los insultos que, en cartas particulares y por medio de la prensa, me han dirigido los catalanes estos días; pero no pude formar más que dos grupos: el de los insultos zoológicos y el de los patológicos. Al primer grupo pertenecen los seis calificativos siguientes:
Reptil.
Hiena.
Cuervo.
Chacal.
Cocodrilo, y
vampiro.
El grupo patológico es menos abundante. Mis comunicantes me llaman:
Lepra.
Sarna nacional, y
virus morboso.
Luego vienen los insultos varios, de los que sólo reproduciré algunos:
Estúpido.
Ignorante.
Chusma.
Ralea.
Inmundo.
Quijote.
Ser inútil.
Horda.
Ladrón.
Melifluo.
Almibarado.
Raza de decadencia.
Fermento de antepasados.
Hipócrita.
Cabezota.
Grosero.
Y todo esto por haber dicho que los catalanes hablan el castellano con acento..."
¿Que en qué nuevo lío con los catalanes se ha metido Federico Jiménez Losantos, el tenido por más anticatalán del mundo mundial del orto hasta el ocaso, del ocaso hasta la noche y de la noche al albor de los tiempos? Quizás también se hubiera metido en ese lío el señor Losantos (Losdemonios, lo llama Felipe González), en efecto, si no llega a ser porque lo transcrito corresponde al 6 de agosto de 1917, el artículo al que corresponde el extracto se llama "Cataluña y el humorismo o una cuestión de incompatibilidad" (recopilado en el recentísimo "Maneras de ser español", Luca de Tena ediciones) y resulta que no lo firma el odiado presentador de la COPE, natural de la España profunda, mesetaria y recalcitrante, sino un tal Julio Camba, anarquista gallego trufado en apátrida y por muchos tenido como primera pluma de periódico en castellano de todos los tiempos. Cuando dicen que el progreso ha llegado a Cataluña se referirán al "disseny", porque lo que son los periódicos de vanguardia vienen a decir exactamente lo mismo hoy que hace un siglo. Sólo cambian los actores. La función es la misma. Contra la libertad siempre.