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Crónicas murcianas

Lo progresista es no viajar, no sea que llueva o haga sol

El cambio climático llega también a las agencias de viaje. Ojeo una gruesa revista de "destinos lejanos" (África, Asia, Oceanía) que me dan en "El Corte inglés", con el objetivo precisamente de ir a uno de esos sitios si los milenaristas de Al Gore me lo permiten. Sobre cada país, en la revista dan ese tipo de información sucinta pero tan amena que nos encantaba repasar antes, de críos: "Idioma. El cucuruní es oficial en toda la isla. Moneda. El perrín mangostaní es la moneda de uso corriente, aunque también se acepta el trueque. Clima... ¿Clima? Viene un asterisco, que conduce al pie de la página. Pie de la página: "El clima puede sufrir variaciones. Esta agencia no se responsabiliza de posibles cambios en la temperatura debidos al general cambio climático que se está experimentando en todo el mundo".

Estoy que no micciono, desde que lo le leído. Acollona. En los pasaportes de cuando Franco, te venía aquella advertencia con sabor a plomo: "países: todos los del mundo, excepto Albania". Uno se imaginaba Albania como una especie de agujero negro en pleno planeta Tierra cuyo vórtice te succionaba con fuerza irrefragable si hacías travesuras y no hacías caso de las recomendaciones de tu Ministerio de Interior (o de Gobernación, o como se llamara aquello entonces). Y, de hecho, en efecto Albania resultó que era algo muy parecido a esa idea fantástica. Ahora las agencias de viaje te ponen, o por lo menos te sugieren: "países, todos los del mundo, pero sólo bajo su propio riesgo, ya que el cambio climático produce desastres en la temperatura sin cuento que luego no se pueden venir a reclamar a esta agencia se ponga usted como se ponga". El diablo está en los detalles. ¡La letra pequeña! ¡Y, peor que eso, el asterisco! ¿Qué nos quieren dar a entender los amenazantes mayoristas turísticos con eso de que el clima ya no es lo que era y donde te ponen que te lleves guayabera puede ser que necesites abrigo y do lluvia, sequía, y do brisa, huracán? A mí me sigue pareciendo que hace más o menos el mismo clima que siempre, sin necesidad de alarmar al personal innecesariamente. Estuve en Thailandia hace unos pocos meses, en la estación monzónica. Y, como es natural, llovió un poquito, aunque a los supersticiosos les parezca una señal divina, pero laica, de que el fin del mundo está cerca. Bastante mas peligroso me parece para los que viajan a Thailandia los frecuentes golpes de Estado, porque la verdad es que allí no llovió de ninguna forma que yo no haya visto muchas veces triplicada en Murcia. Pero en lo de los golpes de Estado no te ponen ningún asterisco que te envíe al pie de la página para enterarte de cosas supuestas que te quiten las ganas de viajar.

Si los folletos turísticos ya no son descriptivos de hechos y países concretos, sino algo muy parecido a las estampitas para soflamar la fe que reparten a las puertas de las iglesias los primeros viernes de mes (como digo, la Iglesia Laica de las Santas Supersticiones del Penúltimo Día), es que además del la conseja de viejas del cambio climático están regresando las idea progresistas de que la Tierra es plana y el fin del mundo esté un poco más para allá de La Coruña.

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