En los sistemas anglosajones, hay leyes que no están escritas pero la gente actúa como si lo estuviesen, empezando por los tribunales de Justicia. En la democracia con edulcorante, en la democracia de matinal, en la democracia de perfil bajo española hay leyes que sí están escritas (por ejemplo, la Constitución Española del 78) pero la gente actúa como si no lo estuviesen, y me atrevo a decir: empezando por los tribunales de Justicia.
En este país estamos jugando a ver quién se olvida más de que existe una Constitución española y que además está vigente. Porque quien no la desvigencia ayer la periclita mañana, y quien no, decreta la obsolescencia esta tarde. Aquí la Constitución sólo se aplica para lo que a cada cual le interesa en según qué ratos. Así como hay cuarenta y cinco millones de seleccionadores de la selección de fútbol en España, según los cómputos más fiables, también hay por lo menos diez o doce millones de constituciones españolas por ahí circulando, y todas son diferentes y hasta contradictorias. Y además eso no sólo se admite, sino que va a ser dentro de poco nada menos que doctrina aceptada por el Tribunal Constitucional, que va a decir, a cuenta del Estatuto de Cataluña, que la Constitución del 78 es lo que cada uno quiere que sea.
Por lo tanto no sé a qué viene la denuncia del nanolíder de los microscópicos socialistas murcianos, Pedro Saura, de que la próxima reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha es "inconstitucional" en no sé cuántos parágrafos, incluidos los referidos al agua del Tajo. ¿Quién es él para decidir lo que es o no constitucional? ¿Ah, qué tiene la Constitución delante y se le ha ocurrido leerla comparándola con el Estatuto de Castilla-La Mancha? ¿Y quién le manda leer lo que no le llaman? Porque, señores, si ni siquiera el Tribunal creado expresamente para decidir lo que es o no constitucional está en condiciones de asegurar fehacientemente que las anticonstitucionalidades flagrantes, convictas y confesas no caben en la Constitución, si ni siquiera el Constitucional quiere saber nada de la Constitución más que lo que le mandan en cada caso, ya me dirán qué pinta en toda esta discusión el nanolíder, aunque tenga talla intelectual algo más airosa, de los microscópicos socialistas murcianos.
El Estatuto de Castilla-La Mancha podrá decir lo que quiera sobre el agua de su Tajo que luego ya llegará la Constitución "ad hoc" de la conveniencia política que el Constitucional va a instaurar como doctrina auténtica (es decir, que las cosas podrán ser al mismo tiempo constitucionales e inconstitucionales dependiendo de la oportunidad, de quién gobierne en esa Comunidad Autónoma y probablemente hasta de la hora) a desautorizar a los que dicen que se han leído la Constitución y pretenden dar lecciones de comprensión lectiva. La Constitución Española del 78, hoy por hoy, no vale nada. Hay territorios donde no se aplica y hay otros territorios donde únicamente se vulnera. Ya es que pasa hasta en Albacete, coño. ¡Menos mal que nos queda Portugal!