Un alto cargo del PP me dijo una vez lo siguiente: "He oído que dicen ahora en el partido que tenemos que ser liberales, ¿qué es eso de liberal? Yo no soy liberal porque para ser liberal hay que ser rico, como Rato". Qué nivel, Maribel. Eso es lo que se cuece fuera de los contornos exquisitos de la FAES, y la razón inexcusable de su fundación hace pocos años. De hecho, cuando Juan Ramón Calero, espídico portavoz PP en el Congreso de los Diputados (espídico por "Speedy Gonzales", o sea, por lo visto y no visto en el cargo, que no por patología) dejó el PP para fundar el PADE, lo intituló "gente de principios", porque, según él, el PP los había abandonado. O sea, tipos de fundamentos. Y no precisamente liberales.
Lo más liberaloide que yo le he oído a Juan Ramón Calero fue cuando, siendo aún mandamás del PP, telefoneó en el ferragosto estando vacía la ciudad y a deshoras de la noche a casa de mis papás pidiendo a un amigo mío de entonces, Julián Martínez-Iglesias de Torres, mero conocido de una vecina suya, que le fuera a cerrar la puerta de su Palacete de Vinader, do moraba, porque no recordaba si se la había dejado abierta y no tenía en toda Murcia a nadie que quisiera cumplir su orden. Aunque ahora que lo estoy pensando a lo mejor eso de llamar a deshora a las casas tampoco debemos tenerlo por liberal, y deja entrever la cantidad de militantes del PP que estaban entusiasmados por hacerle la merced.
Va a tener razón Mariano Rajoy cuando se pone a rajar por mitad de la barba y coge, agarra, va en Elche y dice que liberales, lo que se dice liberales, son veinticinco personas en Madrid, y me creo que aún se queda largo. El "novísimo" poeta José María Álvarez rebajaba la cantidad a siete u ocho, pero en todo el mundo, considerándose uno de ellos. Pero uno creía que la ideología liberal, contuberniada con la conservadora, era el metro de platino iridiado del PP, la unidad de medida, como si dijésemos, de cualquiera que deseara saber por qué el PP se presenta a las elecciones para ganarle al PSOE, es decir, contra el PSOE, y por contra no se vuelve soluble en este partido. Si liberales hay veinticinco tirando muy por lo alto, como estima generosamente Rajoy, yo pensaba que liberalconservadores en cambio eran buena parte de esos millones que votan al PP en España, siendo que los democristianos, esos cristianos raritos, se comieron primero a los leones y luego se devoraron entre ellos o se fueron a perder elecciones como el profesional de eso Javier Arenas, los socialcristianos están demasiado ocupados dando clases de marxismo revolucionario como para ir a votar y los socialdemócratas, desconfiando de la copia, votan al PSOE tapándose la nariz con una mano y con la otra poniéndola "a la egipcia" a ver si les cae algo.
Pero las "nuevas formas" en el PP anuncian ahora que no, que hemos cometido un trágico error. Según Rajoy, el PP es un partido "popular", como si eso pudiese ser una ideología, y en él no sobra ni un socialdemócrata, aunque sí todos los liberales y conservadores que lo deseen. Ya decía yo que el problema del PP es que todos estos años me ha venido pareciendo que hay poquísima gente afín al PP en los cargos del PP. No sabía hasta qué punto acertaba con mi intuición sólo aparentemente paradójica y contradictoria. Como que lo próximo que nos revelará el sorprendente Rajoy (a quien sigo queriendo y apoyando, porque ocho malos años los tiene cualquiera, ya lo decía Camba: hay milenios en que uno no está para nada) es que en el PP son de otro partido que no tiene nada que ver. ¿Hay salvación para los que no nos resignamos? Porque para reciclarnos en el marxismo revolucionario de la iglesia afín al frente Farabundo Martí ya a algunos nos pilla algo mayores.