La barba, en la izquierda, antes servía para señalar la indiferencia por las solicitaciones y coqueterías del mundo. Como se echa de ver en la foto, ahora hace las veces de ese pañuelo que se atan los apandadores bajo la nariz, para no ser reconocidos al ir a atracarse. Ya no se puede decir aquello de que "estos comunistas parece que no hubiesen comido en su vida". Precisamente, por esa cara del teniente Rodrigo Torrijos (en la foto, el señor a la izquierda de todos, pero en el centro) de ir a cantar aquello de "del barco de Chanquete, no nos moverán" o por lo menos de ir a darnos en la cresta con un poema de Machado sobre la superioridad moral, precisamente, digo, se nota que estos neocomunistas han comido siempre de estas cosas al menos desde que probaron el poder.
En la aún breve democracia española hay mitos considerados intocables, como lo de que el pueblo nunca se equivoca, que el 23-F las masas se echaron a la calle como un solo hombre (en efecto, ¿hubo en España un solo hombre que se echara a la calle?) a parar el golpe de Estado o que los de Izquierda Unida, por propia naturaleza, nunca se corrompen. Este último mito estaba bastante desacreditado ya como consecuencia de la huida hacia graneros más productivos de muchos comunistas de lance y oportunidad, los del PDNI o "el pedín" y otros, que allá que se fueron al PSOE con sus naturalezas alquiladas a cuestas. Pero hubiésemos podido pensar que ésas no eran las verdaderas naturalezas de auténtica izquierda, y que los que se quedaban en Izquierda Unida eran "Les inkorruptibles", por utilizar el nombre de la revista francesa de los nuevos filósofos reaccionarios.
Pero con el caso del primer teniente de alcalde de Sevilla y candidato a la alcaldía, ese tal Antonio Rodrigo Torrijos de ortodoxa Izquierda Unida, se viene a caer del todo el mito del desasimiento de la auténtica izquierda, demostrando de paso que no hay naturalezas humanas de izquierdas sino simplemente naturalezas humanas, y que es la misma en todos los casos. Todos tenemos un precio. Aunque, naturalmente, las mariscadas gratis total en el caso de los de Izquierda Unida salen más caras, porque el asco ideológico invencible que les produce aceptar la más pequeña invitación a cigalas sólo se vence con una invitación mucho mayor a lo que haga falta, de modo que tape la mala conciencia. Si los que buscan favores políticos te convidan a una cigala gratis puedes tener la sensación de que te intentan comprar. Si aceptas participar con ellos en los banquetes de Heliogábalo, el que compras eres tú.
La foto ya ha sido suficientemente difundida, aunque no ceja en su poderosa fuerza icónica:
La barba, en la izquierda, antes servía para señalar la indiferencia por las solicitaciones y coqueterías del mundo. Como se echa de ver en la foto, ahora hace las veces de ese pañuelo que se atan los apandadores bajo la nariz, para no ser reconocidos al ir a atracarse. Ya no se puede decir aquello de que "estos comunistas parece que no hubiesen comido en su vida". Precisamente, por esa cara del teniente Rodrigo Torrijos (en la foto, el señor a la izquierda de todos, pero en el centro) de ir a cantar aquello de "del barco de Chanquete, no nos moverán" o por lo menos de ir a darnos en la cresta con un poema de Machado sobre la superioridad moral, precisamente, digo, se nota que estos neocomunistas han comido siempre de estas cosas al menos desde que probaron el poder.
La barba, en la izquierda, antes servía para señalar la indiferencia por las solicitaciones y coqueterías del mundo. Como se echa de ver en la foto, ahora hace las veces de ese pañuelo que se atan los apandadores bajo la nariz, para no ser reconocidos al ir a atracarse. Ya no se puede decir aquello de que "estos comunistas parece que no hubiesen comido en su vida". Precisamente, por esa cara del teniente Rodrigo Torrijos (en la foto, el señor a la izquierda de todos, pero en el centro) de ir a cantar aquello de "del barco de Chanquete, no nos moverán" o por lo menos de ir a darnos en la cresta con un poema de Machado sobre la superioridad moral, precisamente, digo, se nota que estos neocomunistas han comido siempre de estas cosas al menos desde que probaron el poder.