Se empeña, doña erre que erre, la prensa nacional en llamar "barón" a Valcárcel, el presidente de la comunidad murciana y también del próximo congreso PP de Valencia. Lo que no sabe la prensa nacional, o hace como que lo desconoce, o más bien será que acaba de descubrir a Valcárcel y de paso a Murcia, que como todo el mundo sabe es un sitio que fundaron los primeros colonos de Mariano Rajoy tras los resultados electorales del mes pasado, es que Valcárcel, puestos a elegir, se hubiese quedado más bien con un marquesado al sol como el del aguileño Alfonso Escámez y que políticamente el "barón" de Valcárcel es... Camps.
Valcárcel es fiel a Rajoy, pero no tiene con él un pacto de sangre como el que tiene con Camps, el de la generalidad valenciana. A Rajoy Valcárcel no le traicionará a pesar de que le unen más concomitancias ideológicas y sobre todo de métodos con Esperanza Aguirre y hasta un modo de sentir la política similar, liberaloide, nada democristiano y menos socialcristiano, espontáneo y alguna vez incluso desafiante, abstracción hecha del pudor invencible que le produce al presidente murciano el "madrileñeo" de aquella. Esperanza no es políticamente prudente, y Valcárcel tampoco, los dos son igual de gallegos, o sea, nada, ni falta que les ha hecho con los resultados a la vista. Valcárcel estará con Rajoy mientras toque y sea un lugar común que "es lo mejor para el partido", es decir, lo mejor para ese núcleo centrípeto de nobles por lo administrativo que ignora porque desprecia lo que opina el auténtico partido, el de las bases e incluso el de los simpatizantes y votantes sin carné. Valcárcel, elegido a dedo por Rajoy como uno de sus "agradadores" de cámara porque viene de uno de esos sitios donde "se ha trabajado más", está sin reservas con Rajoy... como antes ha estado sin reservas con Aznar y con todos sus ministros excepto los que se empeñaron de forma muy meritoria en hacérsela gorda (como Álvarez Cascos). Y estará también sin reservas, porque no le cuesta ni tiene intereses en otra cosa, con Esperanza Aguirre si alguna vez llega a la candidatura para la presidencia del partido o del Gobierno. En otras palabras: que el barón Valcárcel ni es barón ni está en las guerras intestinas del partido que se pudieran producir. Excepto que está con Camps, por facilidad de comunicación, por una entente de afinidad que se formó cuando Camps se las tuvo tiesas con Zaplana, de quien Valcárcel llegó a decir "yo no copio de Zaplana; Zaplana copia de mí", por esas cosas de la amistad personal y, claro, también por múltiples objetivos e intereses comunes entre la comunidad valenciana y una comunidad uniprovincial mayoritariamente no valencianohablante (excepto algunas zonas del Altiplano) que nunca ha desestimado del todo el unirse como cuarta provincia al corredor levantino.
Así que ténganlo presente los de la endógena prensa nacional que cree que Murcia tiene consistencia mensurable desde el mes pasado: Camps es una bicefalia, o al revés, Valcárcel es bicéfalo. Son una criatura bifronte: Camps y Valcárcel. Si fuéramos malvados diríamos que a éste eje se le ha unido oportunamente el derrotado/exitoso Rajoy, en previsión de que se le adelantara Esperanza, que por cierto no cae ni mucho menos mal a nuestra criatura bifronte...