Una breve "addenda" al comentario anterior: el señor juez sustituto que atiende (más problemático sería decir "que entiende") al asunto Torre Pacheco es... tachán, tachán, el aventajado retoño del ex fugaz portavoz de AP en el Congreso de los Diputados y ex líder de la derechona en Murcia, Juan Ramón Calero, quien no ha ocultado durante todos estos años el mal perder que lo echó de la política de primera línea hace ya más de quince años. Por lo probable, el togado tan vernal y tempraneras resuta tan estudioso y ensoberbecido como su hacedor, quien después de perder el congreso regional del PP con el actual presidente autonómico Valcárcel se dedicó, en su resentimiento personalista, a ponerse del lado de lo peor del socialismo porque "cuanto peor, mejor", aunque sin llegar a los extremos cantinflescos de algunos de sus fieles, que lindan en sus opiniones publicadas con la extrema izquierda antisistema, partiendo de muy cerca, de la extrema derecha también antisistema.
Lo que si bien se mira tiene una secreta coherencia: Calero padre, empolloncete que gustaba de que le enumeraran los títulos académicos por los altavoces en los mítines de AP, elogiaba al teniente coronel Tejero con lo del golpe de Estado (en libro memorable), y el vástago, otra flor de flexo, ha acabado vengando la humillación política del padre aliándose con lo más sectario de la izquierda (y con lo más inquietante de la Guardia Civil, ahora no con Tejero sino con el coronel Hernando, por supuesto) y según cuentan, aunque no he podido confirmarlo, hacerse de la asociación "progre" jueces para la democracia, para hacer todo el daño posible a los liberales que mandaron al desván de la historia a la ranciedad intervencionista si no colectivista del partido de su papá. El asunto Pacheco ya no parece desde luego judicial ni democrático, sino más bien un ajuste de cuentas "a la corsa" entre clanes de la Trapería trufado de ese inconfundible hedor a los albañales del Estado que nos dejó el simpático ex preso Rafael Vera.