Hace apenas trece años, y el número es tan gafe como la fecha, el lugar donde ahora mismo el PP dispone de uno de los mayores records en diferencia electoral sobre el segundo partido de toda Europa, si no el mayor, no era más que un adosado chabolístico al cortijo andaluz de Chaves, con ladrillo visto y sin encalar. Un lugar de la España profunda que no disminuía en profundidad al llegar a la costa. Un paraje tan incomunicado que al propio Felipe González se le olvidó el camino para llegar durante toda su presidencia. En otras palabras, el clásico lugar paradisíaco para el PSOE y su habilidad para hacer del atraso un camino de salvación. Qué ocurrió para que todo se les volviera del revés a los socialistas, cuyo viaje hacia la nada ha ido en progresión imparable y ya roza, en estas últimas generales, la clandestinidad, es lo que vamos a tratar en una serie de artículos que principian hoy.
Por si Arriola o Elorriaga no le han pasado el "dossier" al bueno de Rajoy durante todo este tiempo, tengo para mí que lo que ha pasado políticamente en estos trece años en un vulgar lagartijal (a cuyos parroquianos el refranero no se cansa de insultar) es de aprendizaje obligado para todo ese madrileñeo "genovés" que no sabe qué hacer ahora mismo con más de diez millones de votos, excepto elegir la opción incorrecta. Esta es la pequeña historia de qué resortes se movieron para conquistar una mayoría absoluta del PP contra las que ya había del PSOE y, sobre todo, qué se hizo para, elección a elección, y sin necesidad de una propaganda organizada ni efectiva (como luego veremos), mandar al PSOE a ese sitio donde Zapatero ya no podrá nunca enviar al PP.
Pero, como decía el clásico de la bella Sherezade, ha llegado la mañana (o la hora de cenar, que tanto da) y callamos. Dentro de unas pocas horas, dentro de un rato pero de verdad, y no como el ministro Bernat Soria, que enmudeció subitamente cuando le demostraron que es un impostor, seguiremos con el relato. Cualquiera que acompañe a Rajoy de la próxima época debiera conocer esta bonita historia.