Al diputado Pacheco, al que se le concedieron seis días
Contaba, querido Arsenio Pacheco diputado del Congreso, hoy holograma, remanente, resto de Arsenio, contaba, digo, un guionista de cine español muy reconocido de los tiempos en que existía cine español, Rafael Azcona, que en su casa familiar, durante su infancia, su madre se empezaba a preocupar intensamente cuando ocurría algo bueno. "Ya lo pagaremos", decía, sabedora de la dudosa ironía pesada de la Providencia, que, ya que al final nunca provee de nada que debamos celebrar, yo prefiero llamar Destino. Y de qué manera has pagado tú el haber conseguido ser en las elecciones de apenas hace seis días, en triunfo histórico, el séptimo diputado para el PP por la región de Murcia. Con la muerte de tu hijo primogénito de apenas 21 años, en Madrid y porque sí.
Dicen algunos que cuando la vida te va a partir por la mitad sientes una pesantez inexplicable en el corazón anticipadamente, pero te confieso que yo no advertí nada en tí, salvo la rojez se sentirse observado, cuando el domingo a la noche te sacó el presidente murciano Valcárcel bajo los focos y los flashes para ponerte de ejemplo perfecto de victoria. Qué victoria. En ese momento sólo vi en tí ese mismo político de base que has sido siempre, pegajosas todavía tus manos de la cola de pegar carteles para Fraga, en aquella travesía del desierto para la derecha que no ha terminado, pues ahora se inicia para tí el desierto de verdad, al que no te acompañará ni tu propia alma. "Se apagaron los ecos de su reír sonoro/ y es cruel este silencio, que me hace tanto mal...", canta el disco rayado de un gramófono siempre en mi mente, aquellas perdidas músicas. Conocí a tu hijo muerto hace muchos años, apenas iniciada su adolescencia. Como pasaba mucha parte del año con su madre en las Canarias, tenía en su piel todo ese bronceado inadvertido de la panza de burra del cielo de allí y en su acento la cosa esa mesoamericana. Uno de esos chicos tan despiertos que su cabeza visita de día el futuro de diez o quince años después y regresa de noche a su cuerpo impúber. Me decías que me leía por "internet", y que me admiraba. Cómo podía entenderme lo que escribo un niño de once o doce años, me quedaré con las ganas de saberlo, cuando la mayoría de la clase dirigente no sólo murciana de los que ya tienen los huevos pelados, si me permites la expresión (permítemela, porque ando últimamente peleado con la vida), siempre ha entendido mis artículos al revés y eso cuando han sido capaces de hilar dos subordinadas sin que les dé un "paralís" mental. No sé si Dios llamará pronto a su lado a los mejores, como se rumorea, pero desde luego sí a los más preparados.
No entraré en el discurso clásico de que cómo podía pasarte esto a tí, que nunca te has creído nada, que no ibas de nada y que tampoco quería llegar especialmente a nada salvo distinguirte de esa mala gente que al arrullo de las mayorías absolutas se han saltado la cola en un partido que sigue sin ser el suyo, sencillamente porque en el suyo, privado de votos desde hace casi quince años, no pueden ni medrar ni cobrar. Que no eras de esos que creen que los triunfos que ocurren los vas atesorando como el usurero las monedas sin ir perdiendo al mismo tiempo por los bajos de los pantalones todo lo demás, a lo que el triunfo, embrutecedor, nunca deja sitio. Ni estabas encantado de haberte conocido ni vivías más que al día, porque si hay mañana ya no será mañana sino hoy. No has tenido más que seis días para disfrutar de la cima de tu carrera. Después, el "blackout", el apagón. Lamento decirte que te has igualado a este que firma en lo de perder a un hijo (en mi caso, la carcasa permanece viva) y qué te voy a contar que hoy no sepas. No serás nunca el mismo, y ni lo intentes. No tengo consuelo para tí, y no lo busques. Es bueno que sepas que no lo hay. La única sabiduría posible en esta vida creo que consiste en saber que a lo que llamamos mala suerte es sencillamente transcurso. Todo es mala suerte salvo algún malentendido siempre breve. Llegar a ese convencimiento te dará algo de paz espiritual, lo necesario para seguir, porque la felicidad y el optimismo no informado (el nuestro es un optimismo bien informado, verdad, Arsenio) vamos a dejárselos íntegros al presidente Zapatero. Qué más quieres que te diga. Que todos los hijos de puta que en el mundo han sido siguen bien, gracias. Y creciendo.
Dicen algunos que cuando la vida te va a partir por la mitad sientes una pesantez inexplicable en el corazón anticipadamente, pero te confieso que yo no advertí nada en tí, salvo la rojez se sentirse observado, cuando el domingo a la noche te sacó el presidente murciano Valcárcel bajo los focos y los flashes para ponerte de ejemplo perfecto de victoria. Qué victoria. En ese momento sólo vi en tí ese mismo político de base que has sido siempre, pegajosas todavía tus manos de la cola de pegar carteles para Fraga, en aquella travesía del desierto para la derecha que no ha terminado, pues ahora se inicia para tí el desierto de verdad, al que no te acompañará ni tu propia alma. "Se apagaron los ecos de su reír sonoro/ y es cruel este silencio, que me hace tanto mal...", canta el disco rayado de un gramófono siempre en mi mente, aquellas perdidas músicas. Conocí a tu hijo muerto hace muchos años, apenas iniciada su adolescencia. Como pasaba mucha parte del año con su madre en las Canarias, tenía en su piel todo ese bronceado inadvertido de la panza de burra del cielo de allí y en su acento la cosa esa mesoamericana. Uno de esos chicos tan despiertos que su cabeza visita de día el futuro de diez o quince años después y regresa de noche a su cuerpo impúber. Me decías que me leía por "internet", y que me admiraba. Cómo podía entenderme lo que escribo un niño de once o doce años, me quedaré con las ganas de saberlo, cuando la mayoría de la clase dirigente no sólo murciana de los que ya tienen los huevos pelados, si me permites la expresión (permítemela, porque ando últimamente peleado con la vida), siempre ha entendido mis artículos al revés y eso cuando han sido capaces de hilar dos subordinadas sin que les dé un "paralís" mental. No sé si Dios llamará pronto a su lado a los mejores, como se rumorea, pero desde luego sí a los más preparados.
No entraré en el discurso clásico de que cómo podía pasarte esto a tí, que nunca te has creído nada, que no ibas de nada y que tampoco quería llegar especialmente a nada salvo distinguirte de esa mala gente que al arrullo de las mayorías absolutas se han saltado la cola en un partido que sigue sin ser el suyo, sencillamente porque en el suyo, privado de votos desde hace casi quince años, no pueden ni medrar ni cobrar. Que no eras de esos que creen que los triunfos que ocurren los vas atesorando como el usurero las monedas sin ir perdiendo al mismo tiempo por los bajos de los pantalones todo lo demás, a lo que el triunfo, embrutecedor, nunca deja sitio. Ni estabas encantado de haberte conocido ni vivías más que al día, porque si hay mañana ya no será mañana sino hoy. No has tenido más que seis días para disfrutar de la cima de tu carrera. Después, el "blackout", el apagón. Lamento decirte que te has igualado a este que firma en lo de perder a un hijo (en mi caso, la carcasa permanece viva) y qué te voy a contar que hoy no sepas. No serás nunca el mismo, y ni lo intentes. No tengo consuelo para tí, y no lo busques. Es bueno que sepas que no lo hay. La única sabiduría posible en esta vida creo que consiste en saber que a lo que llamamos mala suerte es sencillamente transcurso. Todo es mala suerte salvo algún malentendido siempre breve. Llegar a ese convencimiento te dará algo de paz espiritual, lo necesario para seguir, porque la felicidad y el optimismo no informado (el nuestro es un optimismo bien informado, verdad, Arsenio) vamos a dejárselos íntegros al presidente Zapatero. Qué más quieres que te diga. Que todos los hijos de puta que en el mundo han sido siguen bien, gracias. Y creciendo.
He visto q el gobierno está retirando la denominación de nacional de los organismos e intituciones de la nación Española. Siempre he comentado en este blog q lo que buscaba Zapo era el cambio de régimen, obviamente ese cambio de régimen no podrá ser llevado a efecto con éxito mientras no haya una reforma constitucional y según las fuerzas políticas existentes, con la fortaleza del centro derecha español, con el invitado de lujo ( UPyD )a esta lucha de fuerzas entre la extrema izquierda y el centro-derecha y constitucionalistas españoles, ese cambio constitucional no podrá ser llevado a cabo. Por eso, todos los cambios legales q se hagan, q haga Zapo, el ocultamiento de los simbolos de nuestra patria: la bandera, el himno, las instituciones que van perdiendo el carácter nacional, etc, deben de ser respondidos por parte de los Españoles con ahora más que nunca, la utilización de todo tipo de enseña o símbolo nacional por parte de los ciudadanos, esto es: Ahora más que nunca es cuando es imprescindible llevar una camiseta de España, un llavero de España, el himno de España en tu movil, una cinta de España en el coche, un mechero de España, etc. En definitiva, el gobierno no ha obtenido suficientes votos para el cambio de régimen, sigue estando en mayoría insuficiente y desde luego a años luz de hacer un cambio de régimen constitucional, así que el gobierno irá legislando contra los símbolos del estado y la única defensa es que los cambios legales que haga el gobierno se vean respondido por los Españoles con una mayor ostentación por parte de estos sobre nuestra bandera, símbolos e himnos, esto va para todos los Españoles, incluso para aquella gente que vota al PSOE por el PER o por las subvenciones, pero que sigue sintiéndose tan Español como yo, a pesar de haber votado a un gobierno que pretende gradualmente desmantelar la nación Española y sustituirla por una ridicula confederación de Estados ( convertidos ahora en naciones de la señorita Pepis )
"El Código Penal tiene estas cosas: es una falta sustraer una cartera con menos de 400 euros, pero es un delito ofrecer CDs y DVDs, sin importar cuál sea la cuantía del perjuicio que se ocasione." Ramón de Villota Coullaut. http://libertaddigital.com/opiniones/opinion_42474.html Esto deberíamos explicárselo a los manteros: mira, lo que estás haciendo está muy mal y es delito. Dedícate a otras cosas que no sean delito, como por ejemplo, robar carteras a pobres que lleven menos de 400 euros. No le robes la cartera a los ricos que llevan más de 400 euros, que eso sí es delito.
Hace años asistí al entierro del hijo pequeño de un amigo. Su quejido era desesperanzador. Un nudo en la garganta. Creo que nada hay peor que enterrar a un hijo. Abarca, muy bien escrito.
buenos dias, muy bueno el articulo y muy acertado la vida casi siempre es injusta los padres no devieramos de enterrar a los hijos sino al contrario le doy ase padre mi mas sentido oesame
¡Qué triste es la vida!, qué poco dúra la felicidad del éxito. Creemos en un momento determinado haber conseguido un triunfo, y a la vuelta de dos dias, nos llevamos un golpe, del cual es imposible qué nos levantemos de por vida. Mi más sentido pésame, a Arsenio Pacheco. Ahora ya no caben ni euforias, ni enhorabuenas por su flamante escaño.
Pues no cabe mas que decir que Descanse en Paz y dar las condolencias al Sr. Pacheco. Desde este rincon de España que es Murcia, rezaré a esas virgenes y cristos de Salzillo por él y por los que se quedan, que a veces es quien peor lo soporta. Como se ha dicho la ley natural es que los hijos enterremos a nuestros padres y cuando esto se quiebra es muy doloroso.
Yo, que aún de otra forma no menos dolorosa -en cierto modo y parafraaeándolo también conservan sus respectivas caracasas que alimento a distancia- tambien he perdido no a uno, sino a dos, hijo e hija, me uno a su sentido pésame. Sé lo que es el dolor de un padre y cuántas madrugadas se despertará habiendo visto a su hijo, habiendo estado con él en elgún lugar, en algún momento, para, luego, desvanecerse entre las manos y escurrirse como el agua en el lavabo; y la mirarse en el espejo, al afeitarse, éste le devuelva a la dura vida sin el hijo que engendraste, criaste y guiaste para hacerse un hombre y, al llegar a la veintena, perderlo. Pablo, le entiendo perfectamente. Arsenio, que Dios le dé fuerza y serenidad de ánimo para afrontar la pérdida tan sentida. Me uno a ustedes. Un emocionado abrazo.
Perdón, cité a Pablo (Molina), autor de otro artículo anterior de esta bitácora compartida, cuando debí citarlo a usted, José Antonio Martínez-Abarca, le ruego me disculpe.