En lo del Trasvase del Ebro que dice, ahora sí, Rajoy que va a ordenar si Gobierna (¿por qué lo dice precisamente ahora, si todo el PP lleva callando la palabra "Ebro" desde hace más de un año? ¿Las encuestas lo permiten o ya le dan igual las encuestas?), tengo la sensación de que esta que leen en Libertad Digital puede ser una tribuna privilegiada donde empecemos a ponernos de acuerdo los escritores murcianos y los lectores aragoneses antes que nadie. Desde luego, antes que los políticos.
Por el momento no puedo responder a la gente de Aragón que tan amablemente coloca sus "posts" a estos artículos, no porque no me guste o por falta de tiempo, sino porque aún no domino ciertos arcanos de la informática. En cuanto sea posible informáticamente para mí, como digo, interactuaré con toda puntualidad con los lectores. Los argumentos que se mantienen desde Aragón contra el trasvase del Ebro, algunos de los cuales yo hasta ahora desconocía, no son nada desdeñables. Si es cierto que se vendió tan mal y con tanta prepotencia lo del trasvase por parte del Gobierno central de Aznar al menos en aquella comunidad, me extraña bastante menos la desmesurada y sentimental reacción que, incluso entre alguna gente de lógica cartesiana, produjo la noticia. Sabía cómo se vendió el trasvase en Madrid (el ministro Jaume Matas en unas jornadas en el "hotel Palace" mediante) y, claro, en el Levante, pero no en Aragón, y aunque sea tarde bueno es enterarse. Otro de esos aparentemente pequeños "cazos" que metió el Gobierno aznarino en su última etapa y que, como los demás, no nos han puesto más sencillas las cosas a los ciudadanos luego, bajo la infamia de Zapatero.
Tengo tan claro que ese trasvase (y antes, las obras hídricas necesarias en Aragón) es algo, no ya justo, cosa de la que desconfío siempre que se nombra en política (normalmente para algún atropello más o menos delincuencial), sino de impecable lógica y beneficio de todos, que estoy seguro que entre los trasvasistas de Murcia y los aún, aunque estoy seguro que no por mucho tiempo, antitrasvasistas de Aragón reinará el absoluto entendimiento. Y por problema de "perras" no va a ser. Lo de la "solidaridad interterritorial" con la España seca lo dejamos para otro día. No tengo tiempo hoy para hablar de limosneo, que eso lo dejamos para Chaves. Les confesaré un secreto a esos antitrasvasistas moderados aragoneses o trasvasistas con "peros": me parece mucho más explicable su relativa oposición o su apoyo discutible en lo del Ebro que la postura del PP contra el trasvase del Tajo en Castilla-La Mancha. Con Aragón, y con Cataluña, gobierne quien gobierne siempre que sea un gobierno de gente que por lo menos haya terminado el bachillerato, no encuentro mayores dificultades para sentarse todas las partes y llegar con rapidez a un acuerdo histórico.
En cambio, lo del Tajo lo veo francamente peor: treinta años de pagar el agua desde Murcia a precio de ambrosía, de maná o de hidromiel divino, que es para que Castilla-La Mancha ya tuviese, no ya obras hidráulicas que no se han acometido, sino hasta playa con olas virtuales, y sale hasta el PP de allí diciendo idioteces. Si en treinta años algunos no han aprendido a beneficiarse opíparamente de lo que les sobra, viniendo con lo de que "el trasvase del Tajo tiene fecha de caducidad" (renunciar a una millonada constante a cambio de nada debe ser algo así como el "síndrome de Diógenes" por otros medios), es que a veces la estupidez es un estado definitivo, insuperable.