Problemas para la Complutense: se confirma que firmó la cátedra de Begoña Gómez omitiendo su falta de titulación
Se autorizó para que Begoña Gómez pudiera exigir el patrocinio en base a la existencia previa de la cátedra.
La creación de la cátedra de Begoña Gómez sin la más mínima exigencia de titulación a la mujer del presidente y tras citar en La Moncloa al rector de la Complutense, Joaquín Goyache, se está convirtiendo en un problema mayor para la universidad. Y es que los distintos testigos están confirmando que no sólo es la única cátedra con esta falta de exigencia, sino que, además, la universidad pública incumplió sus exigencias de contar con patrocinadores privados antes de admitirla. Se autorizó antes de ello y, precisamente, para que Begoña Gómez pudiera exigir el patrocinio en base a la existencia previa de la cátedra.
Las declaraciones en sede judicial de los patrocinadores de la cátedra de la mujer del presidente del Gobierno han confirmado datos delicados para la Universidad Complutense. Los responsables de los dos principales patrocinadores –Reale Seguros y la Fundación La Caixa– aseguraron que fue directamente Begoña Gómez la que les contactó para obtener su respaldo económico y que lo hizo aseverando la existencia de la cátedra antes de contar con los fondos que la respaldaran. De hecho, fue ella la que les dio los datos principales tras, eso sí, confirmar la Complutense que cumplía con los requisitos, según les transmitió la propia mujer del presidente.
La Fundación La Caixa y Reale Seguros fueron los patrocinadores de la Cátedra de Begoña Gómez. Y han afirmado ante el juez Peinado que apoyaron la cátedra por el respaldo de la Universidad Complutense a esa cátedra, no porque ellos tuvieran un conocimiento previo de la preparación de Begoña Gómez. Es decir, que la Complutense se había comprometido a sacar la cátedra de la mujer del presidente antes de confirmar los patrocinadores.
El exvicerrector Doadrio ya había avanzado esta versión ante el juez: señaló que a finales de septiembre recibió una llamada de Goyache –el mismo que fue citado por una secretaria de Moncloa para verse en el palacio presidencial con la mujer de Pedro Sánchez– en la que le ordenó crear la cátedra de la esposa del presidente. Y resulta que, para colmo, la normativa interna exige el convenio en cuestión, pero la decisión se tomó un mes antes de que se firmara el convenio de patrocinio de las empresas privadas que respaldaban la cátedra.
Begoña Gómez, además, entró como codirectora de máster en la Complutense por motivos obvios: ya era obsceno darle una codirección a alguien sin carrera universitaria, pero era aún más descarado darle directamente la dirección. De hecho, la normativa de la universidad pública invocada para defender la entrada de la mujer del presidente en esos cargos siempre señaló como argumento de disculpa que no era realmente la directora sino la codirectora, por lo que, afirmaban desde la universidad, se cumplía el hecho de que el director –al menos uno de ellos– tuviese carrera. Y de ese modo se planteó el regalo de la cátedra a Begoña Gómez: como codirectora, tal y como prueba una comunicación interna que ha publicado ya Libertad Digital. Pero, de pronto y sin más explicación, el cargo cambió para ser elevada de inmediato al nivel de directora de la cátedra, tal y como ella se presenta en estos momentos. Y lo hace pese a carecer de titulación universitaria alguna.
La Complutense cuenta con una publicación oficial interna que plasma sus decisiones y hechos relevantes. Se llama Tribuna Complutense. Ahí se reflejó el 30 de octubre —tal y como aparece inscrito— la decisión de "UCM, Reale Seguros y la Fundación La Caixa" de crear "la cátedra extraordinaria para la Transformación Social Competitiva", la de Begoña Gómez. Pero, igualmente se oficializó que, "como ya anunciara el rector Joaquín Goyache, el pasado mes de septiembre [de 2020] en el Primer Congreso online de Transformación Social Competitiva, la Complutense ha firmado la creación de una cátedra extraordinaria que permitirá desarrollar herramientas pedagógicas e investigadoras en ese campo".
Es decir, que el convenio de financiación de la cátedra extraordinaria se firmó un mes después de que se aprobara la cátedra en sí. Y eso no es lo que exige la propia norma de la Complutense.
Se dejó constancia igualmente de que "en la cátedra participan, junto a la UCM, la Fundación La Caixa y Reale Seguros", porque, efectivamente firmaron el convenio ese 30 de octubre, como prueba el documento en poder de Libertad Digital. Pero la norma exigía el convenio de patrocinio para aceptar la cátedra.
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