El Mundo
"El infierno de Mariúpol". "Una ciudad arrasada, saqueada, con la población ucraniana al límite: sin comida, ni agua ni calefacción para sobrellevar las temperaturas bajo cero". Irenita podría tener el detalle de regalarles los 20.000 millones de euracos que le ha dado Sánchez para que juegue al feminismo, seguro que les vendrían de lujo.
En España se ha liado parda porque Sánchez pretende aprovecharse de los muertos en Ucrania —a él cualquier cosa le viene bien— para echar la culpa a Putin del precio de la luz, del gas y la inflación, aunque todos sabemos que todo eso ya estaba disparado antes de la invasión de Ucrania.
Rosell se lo reprocha en el editorial. "Según la consigna puesta en circulación por Moncloa, los españoles atravesaban una etapa de bonanza económica y sólida recuperación hasta que al autócrata ruso se le ocurrió invadir Ucrania, desencadenando efectos indeseables sobre los bolsillos de los ciudadanos". "Pretender ahora que la culpa de todo es de Putin y quejarse de que el PP no arrime el hombro por señalar esa mentira es tomar a los españoles por idiotas". Bueno, admitamos que hay mucho idiota.
"El panorama social y económico se va a complicar. El tiempo de la frivolidad debe dar paso a una cooperación adulta por el centro que orille a los extremos en los que Sánchez basa su poder. Esa etapa radical ha saltado por los aires con el nuevo tiempo geopolítico y el decidido reposicionamiento de una Europa unida. Sánchez debe buscar el apoyo del PP sin victimismo ni el doble juego de pretenderse moderado y conservar sus alianzas antisistema. Es hora de elegir". Ya ha elegido.
Rafa Latorre dice que hay "una diferencia notable entre explicar que la solidaridad o compromete o es fariseísmo y cargarle todas las facturas de tu incompetencia a Putin, como hizo Pedro Sánchez en el Parlamento, subnormalizando a los españoles". Hala, ha dicho subnormal, la que le va a caer.
David Jiménez Torres pregunta "¿qué están dispuestos a hacer los países occidentales ante la crisis ucraniana? Por ahora se descarta el sacrificio máximo: no estamos dispuestos a matar y a morir por defenderlos. Esto no es tanto una muestra de hipocresía —la acusación favorita de nuestros putinófilos—, sino de responsabilidad". "¿Estamos dispuestos a ser más pobres como consecuencia de las sanciones a Rusia? ¿Estamos dispuestos a acoger a millones de refugiados? Y, sobre todo, ¿estamos dispuestos a ser pacientes? Si la guerra se cronifica y se disipa el shock inicial, ¿seguiremos aceptando el coste de apoyar a los ucranianos? Quiero pensar que sí". Pues debo ser una bruja malvada, pero creo que David es un ingenuo. Como esto no pase pronto, las imágenes de la guerra pasarán a ser costumbre y la gente, ahora tan movilizada, se aburrirá. Al tiempo.
El País
"Atroz ataque a una maternidad". Pepa Bueno –o Miguel Barroso, según los entendidos— saca su artillería pesada para defender a Sánchez y atacar al PP. "El PP exaspera a Sánchez al acusarlo de 'utilizar' la guerra de Ucrania", cuenta Xosé Hermida. "Los socialistas reaccionan airados después de que los populares acusen al presidente de escudarse en el conflicto bélico para justificar la inflación". Hay que tenerlos cuadrados. La inflación estaba en el 6% antes de la invasión, lo sabemos todos, que lo hemos sufrido. Como dice Latorre, que no nos tomen por subnormales.
Pero el propio periodista Hermida pretende tomarnos por imbéciles. "Los populares culparon de todo a Sánchez, haciendo abstracción de la crisis internacional. '¿Para qué estoy utilizando la guerra, señoría?', contestó el presidente en tono ofendido. El portavoz del grupo socialista, Héctor Gómez, salió a los pasillos para exigir ante la prensa una 'rectificación urgente' a los populares". Puro teatro, ay, lo que ha dicho el PP, Fermín, mis sales, y tal y tal.
José María Brunet entrevista a la flamante presidenta del Tribunal de Cuentas, que dice sin ponerse colorada que "la Generalitat tiene derecho a no sentirse perjudicada por los gastos del procés". ¿Cómo? ¿Que tenemos que pagar los demás la locura separatista? A esta tía le falta un tornillo.
Por cierto que Brunet lee las informaciones de Miguel Angel Pérez en Libertad Digital.
"P. ¿Ha escuchado la tesis de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso de que el PP pudo aceptar la renovación del Tribunal de Cuentas a cambio de que el Gobierno le pasara a Casado información sobre las supuestas corruptelas del hermano para intentar destruirla?"
"R. Lo he leído por algún sitio. No tiene ningún fundamento. Constituye una vez más una afirmación en desprestigio de las instituciones". El desprestigio de las instituciones es obra de Sánchez. ¿De quién depende la Fiscalía? Pues eso. ¿Quién puede creer en la independencia de la fiscalía después de estas declaraciones públicas de un presidente del Gobierno?
Una tal Azahara Palomeque, doctora en estudios culturales por la Universidad de Princeton. nos larga un disparatado artículo sobre guerra y feminismo. Dice que "un militarismo patriarcal ha copado buena parte de los espacios informativos". Militarismo patriarcal. Azahara, que no eres Irene, eres doctora, no digas las mismas tonterías que la pareja del exvicepresidente.
"Si imaginamos la política como una forma de guerra debemos juzgar este rearme internacional como síntoma de un paradigma en el que la muerte reina sobre todas las cosas, a veces incluso en nombre de la paz, pero desde luego jamás en el de la igualdad de género". Me he perdido, lo siento.
Y concluye con las payasadas podemitas. "Es más necesario que nunca un feminismo inclusivo, pacifista y ecologista que pueda poner freno a las derivas bélicas cada vez más desbocadas y sitúe el foco de nuevo en la vida. Lo contrario superaría la invasión de Ucrania; sería una guerra abierta contra las mujeres, y esta vez sí queremos tener rostro: para pararla". Este Putin, mira que no haber escuchado al feminismo inclusivo, pacifista y ecologista antes de invadir Ucrania. Y mira que son sus principales defensoras. El País no se cansa de hacer el ridículo.
ABC
"Los primeros ucranianos traídos por el Gobierno duermen ya en un hotel de Madrid". "Hay instrucciones claras por parte del Ministerio de Fernando Grande-Marlaska de mantener oculta esta información, denuncian otras fuentes. La razón estaría en el acto que mañana presidirá en Pozuelo de Alarcón el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro encargado Escrivá, con la primera tanda de ucranianos que duermen ya en la capital". Que los quiere utilizar para su propaganda.
El editorial le saca a Sánchez los colores. "La culpa fue de la pandemia, primero, y de Vladímir Putin, ahora. Con ambos pretextos, Sánchez quiere acallar al PP y exigirle la lealtad que no tiene siquiera en su propio equipo. El Ejecutivo siempre busca el silencio de la oposición, y si no lo consigue no duda en deslegitimarla con argumentos de sesgo populista y antiparlamentario. Y mientras Sánchez desvía la atención con su fina sensibilidad por las críticas del PP, la inflación campa a sus anchas, la luz sigue disparada y a las familias españolas se les piden nuevos sacrificios, pero que no le falten 20.000 millones de euros al feminismo frentista y divisivo de las ministras de Unidas Podemos". Lluvia de millones a la marquesa de Galapagar mientras usted no llega a fin de mes.
Gabriel Albiac avisa. "Si Putin triunfa en Ucrania —y triunfará a no ser que la UE y los Estados Unidos intervengan con firmeza, en el terreno militar como en el económico— a Ucrania seguirá Moldavia. Rumanía podrá entonces comenzar a estremecerse. Y los Bálticos. Suecia y Finlandia volverán a ser neutralizadas. Y podrá abrirse el gran juego en centroeuropa. Cuyos envites son Hungría, Polonia, Checoslovaquia… No es una operación aislada. Es todo el frente continental lo que está en juego. En un movimiento mayor y, verosímilmente, de plazo largo. Pero inexorable". Que no te enteras, Gabriel, lo que ha pasado es que la OTAN ha declarado la guerra a Irenita de Galapagar y su amiguita Ione a pesar de ser sus aliadas.
Lo de la calefacción de Borrell ha desatado un gran debate. Ignacio Camacho no lo ve disparatado. "Allí, en el escenario de guerra, lo que se disparan no son los precios. Hay balas de verdad, y cañonazos, y gente corriendo para ponerse a salvo de los bombardeos. Hay tiroteos en las calles, edificios escombrados, colegios vacíos y hospitales sin suministro eléctrico. No se nota aquí lejos, donde la mayor inquietud consiste en que la inflación desbocada acorte el poder adquisitivo de los sueldos".
"Más vale no engañarse: vienen aprietos serios y van a poner en riesgo el bienestar que dos años de pandemia han dejado bastante maltrecho. Espera una auténtica primavera del descontento. Y no basta con culpar a Putin, como hace el presidente del Gobierno: hay que decidir hasta dónde estamos dispuestos a compartir el sufrimiento". Vamos, que el enfervorecido apoyo a Zelenski se empieza a tambalear. "Para ganar es menester estar convencidos de que la libertad merece algunos sacrificios. El primero, y acaso más leve, consiste en pasar un poco de frío".
Alvaro Martínez, sin embargo, se burla de Borrell. "No ha podido Mr. Pesc eludir su manía de disfrazarse de Mr. Bean de vez en cuando, proponiendo a los europeos que bajen la calefacción de su casa como gran medida para combatir al sátrapa ruso". Lo curioso es que las críticas más feroces han sido en una España que vive uno de los inviernos más cálidos que se recuerdan y uno se puede calentar con un sencillo forro polar.
La Razón
"Bombardeo 'atroz' contra un hospital infantil en Mariúpol". Jesús Buitrago busca a Putin. "¿Dónde está Putin? ¿Está enfermo o escondido en su lujoso búnker antinuclear en Siberia?". Puede estar enfermo y escondido, una cosa no excluye a la otra.
"Varias fuentes apuntan a que el presidente ruso, que lleva varios Qué ausente, podría sufrir cáncer. El Kremlin guarda silencio de momento". Que el Kremlin guarda silencio, no me lo puedo creer. Algunos dicen unas tontadas. "Según el politólogo y profesor Valery Solovey, el presidente ruso trasladó a su familia la semana pasada al búnker. Concretamente se trataría del distrito de Ongudaysky, en la montañosa República de Altái, cerca de la frontera con Mongolia, China y Kazajistán". Así que hala, a poner Google Maps y a por él.
Marhuenda está depre. "Putin tenía prevista la reacción de Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea. Sabía que no están dispuestos a defender militarmente a Ucrania y muchos han respirado tranquilos porque la vertiente humanitaria ha movilizado la habitual y efímera solidaridad de las naciones ricas". "La realidad es que Putin se sale con la suya, los ucranianos serán olvidados como los afganos y tendremos otra crisis económica. Y las sanciones le dan la risa". Esperemos que Zelenski no lea a Marhuenda.