La foto que este miércoles parecía casi imposible, hoy se ha producido. Tras el pacto de PP y Vox en Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el que será su vicepresidente, Juan García-Gallardo, han comparecido de forma conjunta. Lo han hecho después de la sesión de las Cortes en la que han elegido a Carlos Pollán , de Vox, como nuevo presidente.
Mañueco, que ha cedido ante las peticiones de Vox por las que los de Abascal tendrán la vicepresidencia de la Junta y tres consejerías, ha prometido un gobierno "solido y estable". "Es un triunfo para todas las personas de Castilla y León" porque "garantiza la estabilidad política". "Es un triunfo para esta tierra", ha añadido el dirigente del PP que hasta este miércoles aseguraba que quería gobernar en solitario.
Por su parte, el futuro vicepresidente del Gobierno castellano y leonés, Juan García-Gallardo, ha afirmado que se trata de un pacto "en positivo que favorecerá al campo, a las familias y a la industria".
Un pacto que tiene "11 ejes de gobierno y 32 acciones programáticas", ha explicado Mañueco. En el texto se incluyen esas propuestas en materia económica, social, educativa o migratoria que recogen las principales líneas en las que PP y Vox trabajarán a lo largo de la legislatura.
Las medidas
Los de Abascal admiten haber cedido especialmente en el pacto programático para facilitar un entendimiento, a pesar de lo cual han introducido varias medidas que podrían semejarse a sus exigencias principales de derogar la Ley de Memoria Histórica y las LGTBI.
Por ejemplo, en el punto siete del acuerdo, se habla de "reivindicar nuestra historia común, entendida como elemento integrador para la reconciliación, combatiendo cualquier intento de quienes tratan de utilizarla para dividir a los españoles", en sintonía con lo que Vox defiende sobre la Historia española.
Especialmente controvertido ha sido el acuerdo para aprobar una "ley de lucha contra la violencia intrafamiliar para promover medidas preventivas y dotar de una protección adecuada a sus víctimas".
También se ha pactado "consolidar un modelo educativo basado en el mérito, el esfuerzo y la capacidad, que tenga por objeto la excelencia, generador de oportunidades y libre de adoctrinamiento ideológico"; así como "garantizar la gratuidad en la enseñanza de cero a tres años, la libertad en la elección de centros y el derecho inalienable de los padres a decidir la educación de sus hijos" o "promover una inmigración ordenada que, desde la integración cultural, económica y social, y en contra de las mafias ilegales, contribuya al futuro de Castilla y León", para dar satisfacción a las exigencias de Vox.