Tenemos a Putin "acampado en La Moncloa"
Mientras toda Europa arropa a Ucrania, la mitad del Gobierno español legitima la invasión de Ucrania y se pone de parte del agresor.
El Mundo
"Putin negocia con Ucrania mientras se ensaña con su población civil". Putin negocia mandando tanques y matando niños. Así negocia el asesino que protege Podemos.
"Sánchez descarta el envío directo de armas a Ucrania y evita aclarar si es una imposición de Podemos". Y encima se permiten criticar a los países que ayudan a Ucrania.
Dice el editorial que "cabe reconocer que la infame invasión de Ucrania por parte de Putin ha tenido un efecto positivo: el fortalecimiento por reacción de las democracias europeas". ¿Todas? No, España ha decidido esconderse y la mitad de su gobierno, incluso ponerse de parte de Rusia. "Si Pedro Sánchez no ha dudado en llamar «sátrapa» a Putin, no puede luego arrastrar los pies a la hora de acompasar a los criterios europeos las medidas decididas por su Consejo de Ministros, incluyendo el envío de armas. Y si quiere hallar una explicación a su irrelevancia internacional -llama la atención que Zelenski no haya acusado recibo en público de su llamada, como ha hecho con otros presidentes-, que deje ya de hacerse copartícipe de las críticas reaccionarias a la OTAN vertidas por la izquierda comunista con la que comparte gabinete". "Corear hoy «no a la guerra» y corresponsabilizar de una agresión unilateral a Bruselas y a la Alianza Atlántica equivale a conceder el pretexto de la equidistancia al invasor". La equidistancia es un pretexto que solo se creen los que quieren creerlo. Podemos está con Putin.
Rafa Latorre atiza un bofetón a Bruselas por ponerse tiquismiquis con la petición de Zelenski de entrar en la UE. "A las aspiraciones comunitarias del aguerrido Zelenski los cínicos le oponen matices pragmáticos. Es un país complejo, sí, con una cesura identitaria, bien, con partes de su territorio más distantes de lo que sugiere la geografía, vale, pero hoy Ucrania es más Europa que cualquier otro país europeo. Por de pronto es la que se está dejando la vida por serlo". Ucrania se ha ganado con su sangre el derecho de entrar en la UE.
Dice Jorge Bustos que "Putin es un psicópata dentro de un nacionalista envuelto en un nostálgico de la URSS. Separar sus tres capas mentales importa poco y no aclara nada, porque sus hechos hablan a gritos por todas y cada una". "El reverso de Vladimir se llama Volodimir. "Ucrania ha alcanzado ese círculo virtuoso del heroísmo en que el ejemplo del líder inspira la resistencia ciudadana y esta sostiene el coraje del líder, unido el país de arriba abajo en un voto de sangre por la supervivencia. Sin el numantinismo conmovedor de Zelenski, cuyo final más probable sigue siendo una generosa descarga de plomo sobre el pecho, las opiniones públicas europeas no se habrían cohesionado". Con la vergonzosa excepción de España, donde parte del Gobierno y miembros del PSOE forman parte de un grupo que apoya a Putin. Como dice Leyre Iglesias, Podemos es "Putin enviando otro tanque rumbo a Kiev".
Y aunque hoy no es el día de hablar del PP, eso tocará mañana, destacar la claridad con la que Raúl del Pozo cuenta lo que ha pasado. "El derrumbamiento de Pablo Casado fue originado por la conspiración de la propia Génova para aniquilar políticamente a Isabel Díaz Ayuso, no por moralidad sino por odio". Que los periodistas dejen ya de intoxicar.
El País
"La UE da un giro en su política de defensa para armar a Ucrania". La línea editorial del periódico del Ibex es la podemita. "La diplomacia empieza a abrirse paso mientras la agresión rusa se intensifica", dice Pepa Bueno mientras Putin bombardea edificios civiles.
"Es un paso positivo que los dos gobiernos enfrentados en esta guerra desigual mantuvieran ayer un primer contacto y que, lejos de romper las negociaciones, se hayan emplazado a una nueva reunión en los próximos días". No es una guerra, es una invasión y el invadido se defiende.
El titular que abre ahora el periódico representa muy bien lo que entiende Putin por diplomacia. "Un convoy militar ruso de más de 60 kilómetros avanza hacia Kiev". Súper diplomático.
"El Gobierno de Zelenski es ahora el que con toda lógica exige el alto el fuego y la retirada de las tropas rusas para empezar a negociar las condiciones de la paz". Y lo que ha conseguido es que Putin le mande más tanques. ¿De verdad alguien cree a estas alturas que Putin va a negociar nada?
En otro editorial, Pepa Bueno dice que "la respuesta europea, coordinada y consistente, supone un giro de 180 grados y da carta de naturaleza a una nueva potencia geopolítica. Se confirma una vez más que Europa crece en las crisis". Una respuesta en la que España se ha puesto de perfil, o directamente de parte del invasor, como es el caso de Podemos.
ABC
"Negociar la paz en mitad de los bombardeos". "Los ucranianos han encontrado en la resistencia a Putin el motor de un patriotismo que muy rara vez aflora en la Europa del exceso de confianza, la seguridad absoluta y la ausencia de riesgos", dice el editorial. "Unida en su respuesta a Moscú, la UE se tienta la ropa y reacciona a una amenaza que pasa por Ucrania, pero que llega hasta su propio corazón político. La lección de patrotismo del pueblo ucraniano ha de servir para que los socios comunitarios comiencen a valorar todo lo que tienen y todo lo que pueden perder, empezando por la bandera que representa sus libertades".
Julián Quirós pone en su sitio a los que intentan vincular a Vox con Putin, como ayer El País. "La paja en el ojo ajeno la manejan aquellos que quieren evidenciar vínculos invisibles de Vox con Putin, cuando es Podemos quien está cargando de legitimidad la invasión de Ucrania con declaraciones públicas bochornosas". Se les ha visto el plumero del no a la guerra. "El apoyo incontestable al presidente ruso viene de China, Venezuela, Cuba y Nicaragua, o sea de los principales regímenes comunistas del mundo, y sin embargo nos toca escuchar que en realidad ellos no son los aliados importantes de Putin, sino los partidos populistas europeos, queriendo llamarlos ultraderechistas". A Putin sólo le apoyan los amigos de Podemos.
A Gabriel Albiac le pone enfermo " que esa gente llame ‘paz’ al resignado someterse a un déspota como Vladímir Putin". Eso "es llevar la indecencia mucho más allá de lo que, incluso en ellos, hubiera yo podido imaginar". Hablan de paz mientras su querido Putin bombardea Ucrania. "El espectáculo del viernes pasado, cuando los fieles de Garzón se manifestaron en la puerta del Sol madrileña... contra ‘la agresión de la OTAN’, sería sin más hilarante, si no fuera tan inmediatamente criminal". Los muertos de Ucrania son los muertos de Podemos.
Isabel San Sebastián dice que "ahora que Putin se ha quitado la careta y muestra su rostro de asesino, cobra especial gravedad la presencia de sus peones tanto en el Gobierno de España como en la mayoría parlamentaria que Rubalcaba denominó certeramente «Frankenstein»". Tenemos a los putinejos mandando en España. Los que nos mandan, defienden a un " tirano que mata a civiles ucranianos sin torcer el gesto y amenaza con emplear su arsenal nuclear contra cualquiera que le plante cara".
"En esta escalada sin precedentes tenemos al enemigo acampado en La Moncloa y al jefe del Ejecutivo, rehén de fuerzas alineadas en el bando contrario, que tratan de disimular refugiándose en la equidistancia". Equidistancia ante un país agredido y un líder agresor, hay que ser miserable.
"Si ya antes era urgente expulsar del poder al monstruo, ahora se ha convertido en una necesidad imperiosa. El PP de Núñez Feijóo debe darse prisa en coser sus heridas, alinearse para la batalla y encabezar una alternativa ganadora. Nos va en ello la vida, en sentido literal". No podemos esperar a abril.
La Razón
"Ucrania pide entrar en la UE mientras la guerra se recrudece". " Los rusos atacan Jerson y un convoy de más de 60 kilómetros se dirige a Kiev". Venga, Iglesias, Irene, Zapatero, venid a hablarnos de paz.
Marhuenda dice que "no hay duda de que la agresión contra Ucrania ha generado una oleada de solidaridad, así como de rechazo generalizado contra Putin en la UE". Salvo en España, donde los defensores de Putin están en el Gobierno.
"Es una guerra terrible en nuestras fronteras que se emite en directo", dice Marhuenda. Bueno, no es exactamente una guerra. Es un ataque unilateral de una potencia a un país que no puede defenderse. "Es un factor con el que no había contado el autócrata ruso. Una guerra transmitida en directo hace que la verdad se abra paso entre la propaganda interesada que pueda servir a los intereses del agresor. Lo primero que se puede constatar es que es un claro e inequívoco ataque contra un país soberano. La llegada de más de medio millón de refugiados es una muestra de la dimensión de la catástrofe humanitaria. No se puede permanecer impasible ante este enorme despropósito". ¿Qué no se puede? Podemos te respondería que sí se puede, no hay más ver cómo ellos, más que impasibles, se ponen de parte del agresor.
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