En plena polémica por la aplicación de la sentencia del 25% de español en el horario lectivo, los sindicatos de enseñanza catalanes se han sublevado contra el consejero de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, quien la semana pasada anunció de manera unilateral un adelanto del curso escolar en Cataluña. Gonzàlez-Cambray, de ERC, hizo el anuncio acompañado del presidente de la Generalidad, Pere Aragonès, en una rueda de prensa de la que no fueron informados ni el Consejo Escolar de Cataluña (órgano consultivo y que debe emitir informes), ni los sindicatos ni las entidades familiares.
Gonzàlez-Cambray decidió que el próximo curso escolar en Cataluña no arranque después de la Diada del Onze de Setembre, fiesta regional, como era la costumbre, sino el 5 de septiembre. El anuncio provocó una mezcla de sorpresa e indignación en la comunidad educativa por las formas del consejero, muy cuestionado por su talante autoritario y porque según los sindicatos incita a los profesores a la desobediencia en materia de enseñanza del español, pero él se guarda las espaldas ante los tribunales emitiendo instrucciones en sentido contrario.
El malestar se ha traducido este jueves en un asalto a la consejería de miembros de los sindicatos USTEC (Unión sindical de los trabajadores de la enseñanza en Cataluña), CCOO, UGT, la Intersindical y Profesores de Secundària (Aspepc). Los asaltantes han asegurado que están dispuestos a ir a la huelga y no descartan ninguna medida de presión para que el consejero renuncie al adelanto del curso. Gonzàlez-Cambray aguanta de momento el pulso y declara que si las críticas contra el adelanto del curso solo son de carácter formal, por no haberlo comunicado a los sindicatos, es que la medida es un acierto.
Aragonès tiene un problema con Gonzàlez-Cambray. Nada más ser designado consejero se produjo una desbandada de altos cargos de la consejería. Lo primero que hizo Gonzàlez-Cambray fue mandar una carta a todos los profesores y centros en la que les decía "sois los protagonistas de los cambios que nos deparará la nueva Generalidad republicana".
Además, cobró notoriedad por el acoso a la familia de Canet de Mar (Barcelona) que logró la sentencia favorable a incluir un 25% de idioma español en horario lectivo. Gonzàlez-Cambray se puso al frente de las críticas a la familia para luego negar en el Parlament que la familia hubiera sido acosada.