Después del ofrecimiento de Pedro Sánchez con muchas condiciones a una abstención del PSOE en Castilla y León, Yolanda Díaz ha hablado en los pasillos del Congreso sobre la situación creada tras las elecciones y la posibilidad de un pacto PP-Vox. Aunque ha evitado pronunciarse explícitamente sobre si es partidaria de la abstención socialista, sí se ha mostrado a favor de impulsar un "cordón democrático" contra Vox en Castilla y León para evitar su entrada en el Gobierno.
Preguntada por los periodistas sobre si es partidaria de la opción de la abstención, Díaz ha indicado que no es una cuestión que competa a Unidas Podemos, sino que corresponde a otras formaciones políticas. En su opinión, Casado debe "aclararse" respecto a si cierra la opción de alianzas con Vox y quedan a lo que "disponga", dado que su "apuesta es clara" para un "cordón democrático" al partido de Abascal en España.
"Ya están gobernando con Vox y ahora tienen que decir alto y claro si están dispuesto a ser una derecha europea y que esté a la altura de las circunstancias del país o están dispuesto a todo"
"Me gustaría que tuviéramos un país en el que el cordón democrático, que no sanitario, se impusiera. Cualquier posición favorable a que no dependa la educación, la sanidad, la dependencia y los servicios públicos de la extrema derecha en España", ha insistido Díaz, para quien Vox representa el "pasado", un país "en blanco y negro" y "lo peor" de la historia española.
Podemos, contra la abstención
Con estas palabras, Díaz volvía a marcar distancias con la que supuestamente es su formación política, Podemos. La dirección del partido en Castilla y León mostró su rechazo el pasado lunes a una abstención del PSOE al entender que el auge de Vox no se frena con fórmulas que evocan a una "gran coalición" entre los dos grandes partidos.
No ha sido el único gesto de Díaz para distanciarse de Podemos. Preguntada por su nuevo fracaso electoral al perder uno de sus dos procuradores, Díaz ha admitido que "son malos" y que toca reflexionar, mientras su entorno difundía que la vicepresidenta no intervino muy activamente ni en la campaña ni en la organización de los comicios.
También resaltaban que la desmovilización que no solo afecta a Unidas Podemos sino también al resto de la izquierda. Las mismas fuentes citadas por Efe apuntan que hay que tomar perspectiva sobre lo ocurrido para analizar si el problema es de liderazgos y no tanto de partidos, aunque para eso consideran que se debe tener altura de miras.