La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es la culpable de que la ciudad se quede sin una extensión del museo del Hermitage cuyos promotores pretendían instalarse en el barrio de la Barcelona, frente al mar. A pesar de haber obtenido el visto bueno de la Autoridad Portuaria y tras diez años de farragosas gestiones ante la burocracia catalana, la sociedad promotora del museo, el fondo de inversión suizo-luxemburgués Varia (que controla el 80% de la compañía) ha tirado la toalla por las trabas municipales.
El Ayuntamiento dirigido por Ada Colau se ha negado a suscribir el convenio al que estaba condicionada la instalación museística, según avanza El País. El equipo de gobierno podemita y socialista se oponía a la instalación del museo porque considera que el barrio ya está muy presionado por el turismo y aumentaría la congestión del tráfico. Además, ponía en duda la viabilidad financiera de un proyecto que incluía un museo y un centro comercial. Al parecer, es preferible el actual modelo turístico del barrio, barato y de botellón, que denuncian los vecinos. El PSC había tratado de convencer a sus socios podemitas de la conveniencia del proyecto, pero la alcaldesa se ha negado en redondo. El proyecto preveía una inversión de 52 millones de euros y un edificio que iba a ser construido por el arquitecto japonés Toyo Iti.
Ahora se abre un periodo de contencioso judicial puesto que los promotores aspiran a recuperar el dinero ya invertido y una indemnización adicional que podría suponer unos 150 millones de euros gracias a la incapacidad de la alcaldesa Colau. Ciudades como Madrid y Lisboa se han mostrado interesadas en el proyecto.